Apuntes de Papel // La reaparición estéril del Señor López
Sí, es cierto. El Poder Judicial Federal estaba corrupto. Urgía una limpieza a fondo para arrancar aquellos malos juzgadores que se enraizaron en el oscurantismo y la soberbia. Sí, es cierto. Era necesario un cambio, pero no un retroceso como el que significa la Reforma propuesta desde el encono del señor López.

Por. J. Jesús Lemus
Solo para arengar, para escupir la mentira, salió de su madriguera. Como siempre ha sido, oportunista y convenenciero, Andrés Manuel López Obrador reapareció luego de ocho meses de ausencia y tenebra. Reapareció para votar en la primera elección del Poder Judicial de la Federación.
Hasta en eso incumplió con su palabra. Había dicho que después de ser presidente no volvería a participar en ningún evento público, de carácter político. Claro que no se pudo contener. Ese es el espíritu del protagonista. Tenía que salir a decirse el genio detrás de la destrucción del Poder Judicial Federal.
Sí, es cierto. El Poder Judicial Federal estaba corrupto. Urgía una limpieza a fondo para arrancar aquellos malos juzgadores que se enraizaron en el oscurantismo y la soberbia. Sí, es cierto. Era necesario un cambio, pero no un retroceso como el que significa la Reforma propuesta desde el encono del señor López.
En el inmejorable marco de la primera elección del Poder Judicial Federal, Andrés salió solo para recordar que él es el titiritero. Que él es la mano que mece la cuna. Que él es el que está detrás del mando oficial de Claudia Sheinbaum.
Lo dijo muy claro y muy conciso: solo recordar que en México de tiene a la mejor presidenta del mundo. Ese calificativo solo puede salir de alguien que se sabe el calificador. El omnipotente. El que se encuentra y que se sabe por encima de la mejor del mundo.
Desaliñado. Modorro. En semi abandono. El Señor López estuvo este domingo primero de junio en el parque central de Palenque, Chiapas, a unos cuantos metros de distancia de su hacienda, solo para recordar a los mexicanos que él está presente cuando quiere y desaparecer cuando quiere. Una forma de autoconvencerse de su liderazgo político en este desvencijado país de la inmoralidad.
Salir de su madriguera fue una estrategia. El Señor López lo hizo desde muy temprano con la intención de alentar, de motivar a todos aquellos indecisos, deudos de la responsabilidad, que habían decidido no acudir a las urnas. Él -como siempre- quiso ser ejemplo del ciudadano responsable. No lo logró-
La motivación que buscaba El Señor López no le alcanzó para inundar con su ejemplo. De todas formas, la gente no salió a votar. Fue un estrepitoso fracaso. El pueblo bueno y sabio se trastornó en el pueblo mexicano que le vale madre la política y los políticos. Solo entre el 12.57 y 13.32 por ciento de los mexicanos fueron a votar.
Ese rango, entre 12.57 y 13.32 por ciento del padrón electoral, que salieron a votar fue los que pudo movilizar el gobierno, en esta Elección de Estado, a través de los Servidores de la Nación. La cifra de votantes de esta jornada electoral podría ser de entre 12 millones 637 mil 605 a 13 millones 391 mil 638.
La meta era que salieran a votar 200 personas por cada una de las 70 mil 753 secciones electorales. El objetivo era alcanzar por lo menos 14 millones 150 mil 600 votos. Pero el objetivo no se pudo alcanzar. Ni siquiera sacando a López de su madriguera.
La meta de votantes planteada por el gobierno de Claudia Sheinbaum, para validar la elección, se quedó abajo por más de un millón de votantes. Un millón de personas afines a Morena que no fueron siquiera convencidas, motivadas o intimidadas con la entrega o suspensión de los mentados apoyos sociales.
Nadie puede negar que fue un fracaso la elección para renovar mediante la vía del voto al Poder Judicial de la Federación. Pero peor, nadie puede negar que la reaparición de Andrés Manuel López Obrador hizo el enojo nacional, y que su retorno no fue triunfal, como mucho, como él mismo, lo hubiesen supuesto.
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