En Michoacán, el principio del fin de la Libertad de Expresión

prensa mich

Por decisión del gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, el Código Penal del Estado de Michoacán fue modificado. A partir de ahora, se sanciona penalmente a todo aquel que “por cualquier medio haga alusión a nombres de personajes de la criminalidad u organizaciones delictivas”. Así de vago. Así deambiguo. Así de retrógrada reacciona el inútil gobernador morenista de Michoacán, el que solo por congraciarse con la presidenta Claudia Sheinbaum ha tomado la decisión de censurar a los medios de comunicación, a los periodistas y a los comunicadores en general.

Con esta medida, aplaudida por la fauna legislativa de Morena, Michoacán se convierte en el primer estado del país, en donde se pone de moda culpar a la población civil de la ola de violencia, como si no supiéramos que la ola de violencia que se expande en el país es producto de las relaciones insanas establecidas desde el poder con los grupos delictivos. La estrategia es clara.

Si se obliga al silencio de los medios de comunicación, de los periodistas y de los comunicadores, entonces no se toca el tema de la violencia y menos se pueden establecer las razones de la violencia, solidificando una realidad ficticia en donde la violencia solo exista por si. Esa es la estrategia nacional del gobierno de la Cuarta Transformación, hacer que no se hable de la violencia, menos de las razones -como la sociedad establecida entre el Estado y los grupos criminales-, para terminar de culpar de esa violencia a quienes la refieran en su labor informativa. 

Ese es el principio de la apología del delito .Hay que referir que el principio censurador de la apología del delito es una joya de la creación del gobierno de Felipe Calderón y Genaro García Luna. Ellos lo impusieron en la agenda nacional cuandose buscó sin éxito lo que ahora ha logrado la Cuarta Transformación:responsabilizar a la sociedad civil, que informa, habla y canta de los hechosreales de violencia, como supuestos promotores de la violencia.

Es extraño y hasta antinatural que el Estado mexicano, a través de la apología del delito, quiera pasar la factura a la sociedad civil de la responsabilidad cometida por nefastos funcionarios que -en su alianza con el crimen organizado- lo único que han hecho es empujar al alza la ola de violencia.

Solo hay que voltea a ver a Michoacán, en donde ha nacido la censura contra los informadores de la realidad del país: ya no se puede hablar de líderes criminales ni organizaciones delictivas, pero existen evidencias de la relación que sostiene el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla con la organización criminal que encabeza Nemesio Oseguera,“El Mencho”, el líder del Cártel Jalisco Nueva Generación.

Producto de esa relaciones que el llamado Cártel Jalisco, desde que Alfredo Ramírez Bedolla asumió el cargo de gobernador, todas las regiones de Michoacán ahora son gobernadas por las cabezas de las células delictivas que solo atienden las instrucciones de Nemesio Oseguera.

En Michoacán es público y notorio, cualquiera con dos dedos de frente lo puede confirmar, que en todo el territorio estatal el único gobierno que existe es el del Cártel Jalisco Nueva Generación. No hay nadie por encima de esa organización criminal. Ese grupo es el que manda dentro de la estructura oficial del gobierno estatal.

Evidentemente las relaciones del gobierno estatal de Michoacán con los grupos del narcotráfico no iniciaron con la administración de Alfredo Ramírez Bedolla, ya vienen desde antes.

No se puede negar la inmersión en el mundo criminal de los gobiernos Ausencio Chávez Hernández, Víctor Manuel Tinoco Rubí, Fausto Vallejo Figueroa, Jesús Reyna García, Salvador Jara Guerrero y Silvano Aureoles.Todos ellos se relacionaron y permitieron el crecimiento de organizaciones criminales como las de Cornelio Valencia (Los Valencia), Carlos Rosales (La Familia Michoacana), JesúsMéndez Vargas (La familia), Dionisio Loya Plancarte (Los Caballeros Templarios),Nicolas Sierra Santana (Los Viagra), Enrique Plancarte (La Familia Michoacana),Servando Gómez Martínez (Los Caballeros Templarios), Nazario Moreno (LosCaballeros Templarios), entre otros.

El imperio del crimen en Michoacán, de la mano de algunos gobernadores -incluyendo a Alfredo RamírezBedolla- no se puede negar con la enmendadura del código penal para sancionar a los informadores que toquen el tema. Es la estúpida política del avestruz. No se puede culpar a los mensajeros por el contenido del mensaje.Lo que en su infinita torpeza ha hecho el gobernador Ramírez Bedolla, al censurar el tema de la violencia, no es otra cosa que abrir la posibilidad al silenciamiento de la prensa, tal como lo soñaron los peores conservadores del país. Ni Felipe Calderón ni Genaro García Luna se habrían atrevido a tanto. Son unos niños de pecho frente a la perversidad del morenato.

Ahora a esperar. Habrá que ver cual es el siguiente gobernador que cruza la línea de la estupidez para decretar la desaparición de la violencia en su entidad, a partir del silenciamiento de la prensa. Seguro que habrá muchos interesados. Hay mucho que aportar a la dictadura a la que se enfila el país con este gobierno de cuarta.

Si Alfredo Ramírez Bedolla piensa que con este ataque a la libertad de expresión y al libre periodismo va a librar la investigación que se hace de él en Estados Unidos, parece ser que no ha comprendido que una cosa es lo que se dice en México, y otra muy distinta lo que se dicta en Estados Unidos. Ya viene la barredora.

—oooOOOooo—

Loading