García Harfuch, lo rescatable del segundo piso de la 4T

Si se quiere hacer un balance de los primeros ocho meses de gobierno de la autodenominada administración del Segundo Piso de la Cuarta Transformación, una cosa tiene que resaltar: el único funcionario de todo el gabinete legal y ampliado que esta dando resultados es Omar García Harfuch.

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Por. J. Jesús Lemus

Más allá del cuestionamiento, por el uso de las mismas estrategias de seguridad que en su momento aplicó el entonces secretario, Genaro García Luna, no se puede negar que los resultados de Omar García Harfuch al frente de la Secretaría de Seguridad Pública, es lo que legitima en algo a la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum.

Si no fuera por el trabajo de Omar García Harfuch, la presidenta Sheinbaum no tendría nada que presumir, tampoco tendría la posibilidad de legitimar su administración frente al belicoso régimen del presidente Donald Trump, que insiste en fincar su imperio de popularidad sobre las ruinas del descredito del naciente régimen de la Cuarta Transformación.

Si se quiere hacer un balance de los primeros ocho meses de gobierno de la autodenominada administración del Segundo Piso de la Cuarta Transformación, una cosa tiene que resaltar: el único funcionario de todo el gabinete legal y ampliado que esta dando resultados es Omar García Harfuch.

Ni Rosa Icela Rodríguez en Gobernación, Juan Ramon de la Fuente en la Cancillería, Ricardo Trevilla en la Sedena, Raymundo Morales en la Semar, Rogelio Ramírez o Edgard Amador en Hacienda, Ariadna Montiel en Bienestar, Alicia Bárcena en Medio Ambiente, Luz Elena González en Energía, Marcelo Ebrard en Economía, ni Mario Delgado en la SEP o Citlalli Hernández en la Secretaría de las Mujeres, nadie puede presumir logros como lo hace el secretario de Seguridad.

Sí. De todo el gabinete presidencial, el único que está dando resultados es Omar García Harfuch, muy a pesar no solo de los críticos, sino también del ex presidente López Obrador y su secretaria de Seguridad Rosa Icela Rodríguez, cuya gestión en materia de seguridad pública se ve expuesta con cada logro de la administración de Claudia Sheinbaum.

Y es que cada vez que se anuncia un logró, tácitamente se recrimina lo no hecho en el gobierno de López Obrador, cuando prevalecieron los abrazos y no balazos para los delincuentes, cuando por inanición oficial se dejó crecer al crimen organizado, a grado tal que este se coinvirtió en el patrón del gobierno.

La gestión en los primeros 8 meses de trabajo de Harfuch ha dejado ya por, lo menos, 994 laboratorios de fabricación de drogas sintéticas destruidos. Durante el gobierno de AMLO, se desmantelaban en promedio mensual entre 10 y 15 laboratorios del crimen organizado. En ese periodo no se destruyó ningún laboratorio del Cártel de Sinaloa.

De acuerdo a lo anunciado en la conferencia de prensa de la presidenta Claudia Sheinbaum, en los primeros ocho meses de trabajo de García Harfuch, se han decomisado más de 12 mil armas de fuego. Con López, en la gestión de Rosa Icela Rodríguez, se decomisaban por año solo 2 mil armas de fuego.

Por lo que hace a las drogas decomisadas, en los primeros ocho meses de trabajo del secretario García Harfuch, se han incautado mas de 172 toneladas de drogas, entre ellas mas de 1.5 toneladas de fentanilo. Cuando era la época de los abrazos y no balazos, el decomiso promedio anual de drogas era de 65 toneladas.

Con el señor López al frente del gobierno federal, siempre de negó que en México se produjera fentanilo, incluso se culpó a China de tráfico de esa droga para hacerla llegar a suelo norteamericano. Ahora, con García Harfuch, no solo ha quedado en evidencia la fabricación de fentanilo en suelo mexicano, también ha quedado demostrado que los primeros productores de esa sustancia es el Cártel de Sinaloa, a través de la fracción de Los Chapitos.

Puede que los resultados de García Harfuch se deban, sin duda, a su capacidad y decisión de servicio a la patria, pero tampoco se puede negar que este secretario de Seguridad, sin compromisos de protección a toda la banda de la 4T de López Obrador, ha decidido colaborar con el gobierno norteamericano.

No cabe la menor duda de que las acciones que ejecuta el secretario de Seguridad tienen su origen en recomendaciones y ordenes discretas desde la administración del presidente Trump. Eso es parte de la colaboración de la que tanto habla la presidenta Claudia Sheinbaum. Esa es la única forma de mantener tranquilo al presidente Donald Trump, en su ira contra México, la 4t y Claudia Sheinbaum.

Y esa es también la mejor carta que puede tener el futuro el propio Omar García Harfuch, quien más allá de que pase a la historia de México como el secretario una vez estuvo dispuesto a combatir verdadera y frontalmente al crimen organizado, también pasará -en los anales del gobierno gringo- como el primer funcionario mexicano que sí contribuyó a la pacificación de la región.

El premio -desde Estados Unidos o México- para García Harfuch por hacer lo que le estaba destinado a hacer, por combatir el crimen organizado en todas sus manifestaciones, es muy claro: puede ser el sucesor de Claudia Sheinbaum, solo por la posibilidad de ser el primer funcionario que rompa con el pacto de sociedad que mantiene el gobierno mexicano con los grupos del crimen organizado desde hace más de 40 años.

García Harfuch podría representar otra posibilidad de sobrevivencia de la Cuarta Transformación. Una posibilidad alejada del mesianato del señor López y su hijo Andy. Una posibilidad que daría paso a las clases media y alta de la sociedad para incrustarse en el modelo político de moda, con lo que automáticamente se alejaría el fantasma del socialismo.

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