Justicia Gráfica // El Secuestro en Tamaulipas

Por: Sofía Pacheco
El secuestro en Tamaulipas se está convirtiendo en toda una industria del terror, una actividad delictiva que le genera a las bandas dedicadas al secuestro en ciudad Victoria unos 5 millones de pesos por semana solo en la capital.
Madres, padres, familia directa de doctores, y los mismos galenos son las víctimas favoritas de estos delincuentes que buscan la seguridad del rescate aunque en realidad el pago no garantiza la vida de la víctima.
Luego siguen los maestros, ingenieros o licenciados con plazas de gobierno con pago de nómina quincenal por medio de tarjeta electrónica de la cual incluso, se han apoderado.
Pero los secuestradores no son clasistas, también victimizan comerciantes, es el tráfico humano, el negocio de la carne, de las personas una aberración de la que nadie habla, la cual no se expone porque genera pánico, miedo, zozobra social.
Sin embargo, es una incidencia preocupante porque estas bandas operan abiertamente en nuestro estado y a medida que otros cárteles narcoterroristas ganen espacio en Tamaulipas, el delito aumentará porque les genera una millonaria entrada de dinero seguro, sin riesgos, sin peligro ya que sus víctimas no están armadas; la población estamos en total indefensión táctica y psicológica, los terroristas nos generan un punto de temor extremo al grado tal que tanto la víctima directa como la familia de inmediato ceden a cualquier petición; si no se tiene el efectivo venden casas, terrenos, coches lo que sea con tal de pagar el rescate para salvar a su esposo, esposa, hijo, padre o madre.
Desde luego que la poca policía que tenemos está coludida en la operatividad del crimen, al menos en la parte donde fingen ser ciegos.
Por otro lado, la escasa cultura e información que tenemos sobre el delito en particular es nula de modo que no sabemos qué hacer, cómo responder, a dónde acudir ni con quién en el caso de recibir la tan temida llamada de un secuestrador.
Muchas veces los casos de desaparición de personas que no tenían antecedentes delictivos ni relación con actividades ilegales, se resume a un secuestro, no es cobro de piso, no es extorsión, ni cobro de deudas por droga, es simplemente el negocio del comercio humano: secuestro.
A las autoridades les aterra hablar de ello, niegan el problema a toda costa y sin embargo, en el mundillo policiaco saben incluso donde están sus casas de seguridad.
Las bandas de secuestradores cambian de ubicación a sus víctimas con regular frecuencia, tienen casas para el cautiverio en las ciudades y en las afueras, cubren turnos de guardias que “cuidan” de las víctimas otros hacen las llamadas a su familia directa, otros investigan a las posibles víctimas, otros se encargarán del tema financiero y de a su vez, pagar al cártel con el que operan, todos tienen una función específica, organizada, es decir, actividades perfectamente rastreables si se quisiera desarticular a estos brazos delincuenciales del narco terror.
Hace un par de años, un joven ciudadano americano visitó un balneario natural próximo a la carretera interejidal andaba con primos y familiares pero solo él fue secuestrado; el año pasado ahí mismo, en la carretera interejidal tras una persecución, la policía ubicó una casa en el ejido Santa Rosa. Al llegar ya habían asesinado a las 6 víctimas maniatadas y vendadas de los ojos que tenían secuestradas, algunos delincuentes fueron abatidos y otros huyeron 8 meses después, en ese mismo ejido autoridades estatales asesinaron a 2 cabecillas de una célula del crimen organizado ¿Cuántos secuestrados pasaron por esa casa de seguridad antes de que los lograran neutralizar?
¿Por qué la policía no buscó más actividad de ese tipo en dicha área favorita de secuestradores por su cercanía con la Sierra Madre, las brechas y caminos hacia ciudad Victoria y la carretera a Monterrey?
¿Por qué Seguridad Pública Estatal no proyecta rondines de búsqueda con todos los antecedentes que se tienen de la zona?
Yo no puedo asegurarle la respuesta, pero sí podemos intuir que para eso sirve la filiación entre bandas de secuestradores y cárteles narcoterroristas, para protegerse en la corrupción que estos generan con algunas autoridades.
La semana pasada una mujer fue secuestrada en la capital del estado, era maestra y sus hijos profesionistas respetables que trabajan y viven en la ciudad, el miércoles pidieron rescate a su familia, el viernes la encontraron semienterrada en un paraje cerca de Xicotencatl, Tamaulipas, a 1 hora de la capital del estado.
Por cierto, de ciudad Victoria, al alcalde Eduardo Gattás Baez el tema no le preocupa en lo más mínimo, uno de estos secuestros que conmocionaron a la población se realizó a 2 cuadras de su oficina, en pleno centro a luz de día, sin esperanza alguna que la primera autoridad de la ciudad se ocupe en prevenir la incidencia de este gravísimo delito.
Gattás Baez está estructurando cómo incrementar el robo a la ciudadanía con la implantación del operativo antialcohol que se ejecuta solo de noche, para que sea permanente día, tarde, noche, fin de semana y entre semana.
¡¡¡Vaya señor Gattás Si que es usted curioso, le importan más los borrachos que las víctimas de secuestro de su ciudad!!! ¿Cuánto le pagan los cárteles por dejarlos operar tranquilamente, Eduardo Gattás?
¿Le pagan por cuota mensual o al topón ? Díganos si es verdad que usted envía un propio a las casas de seguridad para contar cuántas víctimas tienen ¿lo hace por semana o diario?
Díganos señor alcalde Gattás, según el protocolo de operaciones de la policía armada de tránsito municipal de ciudad Victoria, ¿qué tendrían que hacer ellos al percatarse de un caso de secuestro? ¿Reportar? Intervenir? ¿Lo hacen, señor Gattás?
¡¡¡Están bien coludidos!!!
¿O cómo explican que a la maestra la trasladaron y cruzaron por toda ciudad Victoria hasta Xico, sin ser detenidos por los caza borrachos de Eduardo Gattás?
El delito como tal, es castigado severamente en nuestro país: si tú secuestras, no saldrás nunca de la cárcel, por eso los delincuentes prefieren asesinar a sus víctimas.
Urge legislar temas que nos den acceso a la autodefensa y protección, para que los ciudadanos podamos portar calibres pequeños, o pistolas eléctricas para inmovilización, armas efectivas que les dificulten a los secuestradores su cometido, en vista de la nulidad y corrupción policíaca e institucional.
Nos leemos la próxima vez.