Antes de la audiencia, Caro Quintero se dice enfermo

Por. J. Jesús Lemus
“El R-1”, “El Narco de Narcos”, “Don Rafa” o también conocido como Rafael Caro Quintero se declaró enfermó, antes de comparecer a la audiencia en donde la Fiscalía de Estados Unidos habrá presentar sus intenciones de sentencia contra el capo en caso de ser encontrado culpable por el asesinato del del agente de la DEA, Kiki Camarena.
De acuerdo a fuentes de la Fiscalía del gobierno norteamericano, Rafael Caro Quintero habría informado ante personal de custodia de la cárcel en la que se encuentra, el Centro de Detención Metropolitano de Brooklyn, Nueva York, que se encontraba enfermo.
La manifestación de Caro Quintero fue en el sentido de tener algún padecimiento que le causaba dolor en el vientre bajo, sumado a un añejo padecimiento gastrointestinal. Por ello solicitó atención médica no urgente.
La última afección clínica que registró Rafael Caro Quintero durante su estancia en suelo mexicano, cuando estuvo recluido en la cárcel federal de Almoloya, fue el crecimiento anómalo de próstata, de nivel 4, lo que fue motivo de una intervención quirúrgica registrada septiembre del 2023, en un hospital del Estado de México.
Antes de esa afección Rafael Caro habría sido objeto de otra intervención quirúrgica, durante su reclusión en la cárcel federal de Puente Grande, en el estado de Jalisco, en donde -en el 2009- la causa clínica fue el crecimiento de un quiste en una ingle.
Aquella operación fue practicada dentro del hospital de la cárcel de Puente Grande, donde intervinieron dos médicos especialistas externos, quienes recomendaron una recuperación de tres días de hospitalización para el interno y ex jefe del Cártel de Guadalajara.
La declaratoria de Rafel Caro Quintero -ante personal de custodia de la cárcel de Brooklyn- sobre desmejorado su estado de salud, generó de inmediato una alerta en la Fiscalía de Estados Unidos, en donde no se descarta que se pudiera tratar de una estrategia para postergar la audiencia del próximo miércoles 25 de junio.
Una cita con el destino
Hay que recordar que Rafael Caro Quintero está programado para una audiencia para este 25 de junio. Ese evento tiene por objeto escuchar los alegatos de los fiscales de Estados Unidos, sobre la pena que se habrá de solicitar en caso de que Caro Quintero sea declarado culpable del asesinato del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena.
Con base en la legislación y en la tradición norteamericana, en el caso del asesinato de un agente del orden, local o federal, siempre las fiscalías solicitan la pena de muerte para los agresores. En aquellos estados en donde se aplica la pena de muerte, siempre se solicita la prisión de por vida para los victimarios.
En Nueva York la pena de muerte fue abolida desde el 2007, pero solo para delitos contemplados en la legislación estatal. La pena capital no está prohibida para delitos cometidos en el ámbito de las leyes federales, como es el caso de Rafael Caro Quintero. Sin embargo, desde 1963 nadie ha sido ejecutado por el Estado norteamericano en Nueva York.
Aun así, este podría ser el primer caso -en más de 60 años- en que un proceso penal termine en la pena capital de un infractor de la ley de Estados Unidos, en donde la posibilidad aumenta debido que el asesinato del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena es un caso icónico en el ámbito de la justicia norteamericana.
Desde que la DEA se constituyó como agencia antidrogas, con actividad extra territorial, hasta la muerte de Kiki Camarena, nunca un agente de esa institución había sido asesinado. Por eso la importancia de este juicio y la condena ejemplar que solicitará la Fiscalía de Estados Unidos.
Hay que recordar que el gobierno de Estados Unidos acusa a Rafael Caro Quintero de haber asesinado al Agente de la DEA Kiki Camarena, supuestamente por haber infiltrado a su organización criminal, conocida oficialmente como el Cártel de Guadalajara, que es la génesis de todos los grupos del narco que hoy operan en México.
Caro precio de la cárcel
Rafael Caro Quintero es un hombre que ha estado preso en México más de 31 años, bajo el señalamiento de haber asesinado a Kiki Camarena, un agente de la DEA que investigaba el trasiego de drogas desde México a Estados Unidos. Los 31 años de prisión que ha enfrentado han sido sin haber sido sentenciado, solo llevando su proceso penal.
La cárcel le ha cobrado factura a Rafael Caro. De acuerdo a lo que refiere el expediente carcelario resguardado en los anales del Órgano Administrativo Desconcentrado Prevención y Readaptación Social (OADPRS), Rafael Caro padece hipertensión, colitis, reflujo, gastritis, crecimiento de próstata, hipertensión e insuficiencia cardiaca.
Sobre todo, los problemas de la próstata e insuficiencia cardiaca son los que en los últimos años de reclusión se le han ido agudizado al ex líder fundador del Cártel de Guadalajara y del Cártel de Caborca, según refieren fuentes del sistema penitenciario mexicano
De tal dimensión ha sido el avance de esos padecimientos, que -durante los últimos dos años antes de su entrega a la justicia norteamericano- Rafael Caro Quintero era llevado cada 15 días al servicio médico de espacialidad de la cárcel federal de Almoloya, en donde era auscultado por dos médicos especialistas: un urólogo y un cardiólogo.
A causa de su condición de salud, Caro Quintero -cuando estuvo recluido en México- contaba con una dieta alimenticia especializada, tenía acceso a actividades deportivas diarias (caminar), lectura y juegos de mesa, y estaba exento de tratos violentos por parte de los guardias, todo ello por recomendación médica y como parte de su tratamiento.
La audiencia se podría posponer
Con la sola manifestación de su estado de salud en deterioro, Rafael Caro podría hacer que se posponga la fecha de audiencia, en donde se diga cual es la pena que quiere para él la Fiscalía de Estados Unidos.
El retraso de dicha audiencia podría no ser tan inocente. Podría tratarse de una estrategia legal, dado que Caro Quintero sigue peleando en tribunales mexicanos su derecho a protección del Estado mexicano, el que lo desahució y lo entregó a la justicia de un gobierno extranjero que ahora quiere ejecutarle -con muy alta posibilidad- la pena de muerte.