Mentiras, Corrupción y Huachicol, las ba$e$ de la 4T

Para nadie es un secreto que el jugoso negocio del Huachicol lo opera una red de altos funcionarios en donde se encuentran, entre otros, Mario Delgado, el actual secretario de Educación Pública del gobierno de Claudia Sheinbaum; el gobernador de Sonora, Alfonso Durazo Montaño, además del gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya.

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Por. J. Jesús Lemus

La farsa de la Cuarta Transformación se ve por todos lados. Pero, si hay un renglón en qué más cala la mentira del gobierno que ofreció combatir los peores vicios de neoliberalismo y que hoy se ha abrasado a ellos, es en el combate a la corrupción.

La mentira, como uno de los pilares en que se pretende construir el modelo político de la 4T, no deja lugar a dudas: poco durará el imperio de este modelo político, no solo por no combatir la corrupción, sino por ser parte de ella.

El caso en donde mas se evidencia la deuda que deja la 4T con los mexicanos, es en el combate al Huachicol (comercio ilegal de combustible robado de los ductos de Pemex), ese modelo de negocios altamente rentable, y que por ello, un grupo de políticos de Morena poco a poco se lo han arrebatado al crimen organizado.

Para nadie es un secreto que el jugoso negocio del Huachicol lo opera una red de altos funcionarios en donde se encuentran, entre otros, Mario Delgado, el actual secretario de Educación Pública del gobierno de Claudia Sheinbaum; el gobernador de Sonora, Alfonso Durazo Montaño, además del gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya.

El Huachicol, como modelo de financiamiento político y fuente de enriquecimiento de los operadores de Morena, fue una herencia que el régimen de la 4T recibió de Sergio Carmona, El Rey del Huachicol que encumbró en una senaduría por Tamaulipas a su novia Olga Sosa.

Sergio Carmona se hizo del control del Huachicol por sus nexos que en un principio mantuvo con José Antonio Yépez Ortiz, “El Marro, el jefe del Cártel de Santa Rosa de Lima. Como parte de esa amistad Carmona ayudaría para que el Marro se aliara al Cártel del Golfo y naciera el grupo de sicarios Fuerzas Espaciales Grupo Sombra.

Ese Grupo Sombra, que nació con la finalidad de ser un brazo armado del Cártel del Golfo, con alianzas dentro de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) terminó operando una rama de comercio y extracción de combustible robado de los ductos de Pemex. El encargado de la administración de esas operaciones para el Cártel del Golfo era Sergio Carmona.

Mientras Sergio Carmona tenía el respaldo del Marro en la extracción de combustible, funcionarios corruptos de la SEDENA le reclamaban un pago mensual por servicios de protección. Parte de ese pago, se argumentaba por parte de los generales interlocutores, iba a dar a las arcas del partido oficial Morena.

Esa fue la forma en que se conectó Sergio Carmona a la estructura directiva del partido político propiedad de Andrés Manuel López Obrador. Con la conexión establecida con Mario Delgado después lo más fácil fue entrar en comunicación con aliados de la 4T como Alfonso Durazo Montaño, Rubén Rocha Moya, José Narro Céspedes, Avelina López … entre otros.

El Rey del Huachicol y su millonario negocio de combustible robado se metieron en las estructuras fundamentales del poder, en la red de gobierno y partido de la Cuarta Transformación, a grado tal que muy pronto se convirtió en un riesgo… comenzó a dar mucho dinero y comenzó a saber demasiado.

La muerte de Sergio Carmona fue casi providencial para los políticos involucrados en la red de financiamiento político a través de dinero sucio. Nadie se lamento por el asesinato del Rey del Huachicol, pero seguramente muchos lo celebraron en su fuero interno.

La ejecución de Sergio Carmona, ocurrida en noviembre del 2021, luego que -según la versión de la periodista Anabel Hernández- habría mantenido contacto con agentes de la DEA, fue de un gran alivio para la Cuarta Transformación. Pero también fue de una gran herencia: el control del Huachicol quedó bajo el control del Estado mexicano.

Desde la SEDENA y la SEP se giran ahora las instrucciones, que van a gubernaturas y alcaldes de todo el país, para que no se detenga el gran negocio de la comercialización del combustible que ya no solo es ilegal por ser robado de los ductos de Pemex, sino que también se trae de Estados Unidos.

La mejor prueba que demuestra que el Huachicol es un negocio del Estado mexicano y que es administrado por la Cuarta Transformación, son los pocos resultados que hoy se tienen con relación a la detención de personas ligadas al delito de robo y comercio de combustible ilegal.

Que no se olvide que el mismo López Obrador lanzó una estrategia para combatir directamente el delito del Huachicol. Pero a decir de los nulos resultados obtenidos pareciera más bien que fue una estrategia para apropiarse de ese jugoso negocio ilegal.

La realidad habla por si misma, desde que se inició la estrategia de seguridad para combatir el Huachicol, solo se han sentenciado a 9 personas… la estructura criminal de ese negocio sigue intocable, pese a que los buques de Gasolina y Diesel robado siguen llegado a los puertos tamaulipecos, sonorenses, michoacanos, colimenses y sinaloenses.

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