¡Qué bonita vecindad! Huipiles contra togas y el relevo de la SCJN

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Ojalá que las guayaberas y huipiles que portarán los nuevos ministros y ministras de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), y sobre todo su presidente, Hugo Aguilar Ortiz, nos garantizara a TODOS los mexicanos la impartición de justicia pronta, completa, equitativa e imparcial, a partir del próximo primero de septiembre cuando tomen posición de su cargo.

Afortunados seríamos si la usanza de ropa tradicional de los pueblos originarios asegurara la credibilidad de la ciudadanía en los ministros de que respetan la justicia. Credibilidad y respeto por la justicia son valores que representa la toga, cuyo uso era obligatorio por decreto del presidente Manuel Ávila Camacho desde 1941, sin cambios hasta la fecha.

Y no para representar una identidad indígena como lo afirmó este miércoles Aguilar Ortiz al periódico PorEsto! de Yucatán: “Yo no voy a dejar mi identidad para ser ministro, voy a ser un ministro con la identidad con la que llego (…) No se trata de romper solemnidades, sino de que mi identidad también esté presente en la institución”.

Ojalá que el hábito autoimpuesto de los nuevos ministros asegurara el respeto de los derechos humanos, civiles y políticos al momento de respaldar la Reforma Electoral de Claudia Sheinbaum, donde pretende disminuir el sistema de partidos y su financiamiento.

O al dictar sentencias donde existan amparos de comunidades originarias opuestas a megaproyectos del expresidente Andrés Manuel López Obrador y el segundo piso de la Cuarta Transformación como el Tren Maya, el Corredor Interoceánico; desarrollos turísticos de la Sedena en reservas naturales protegidas, extracción minera del litio, etcétera.

Porque el próximo presidente de la SCJN, originario de la zona mixteca de Oaxaca, vestido de guayabera ya coordinó “las consultas” entre comunidades originarias para el Tren Maya, el Corredor Interoceánico y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, en tiempos de López Obrador, pero no salió bien airoso.

Líderes indígenas acusaron que Aguilar Ortiz avaló abusos, consultas amañadas, represión contra sus pueblos, como la Nación Yaqui. Además de que manipuló el “Plan de Justicia” de López Obrador.

Uso político de prendas tradicionales al estilo del viejo PRI y PAN


Para la clase gobernante actual, el uso del huipil es sinónimo de empatía con el pueblo que los votó, un homenaje a los simbolismos de las comunidades originarias, un importante elemento de identidad étnica, que por supuesto se apropian…, pero no hay nada más impostado que la clase política usando huipiles y guayaberas -cuyos costos vas de los 3 mil a los 30 mil pesos- llegando a “negociar” con comunidades indígenas cómo los despojan de su territorio.

Por eso Hugo Aguilar ha propuesto los tribunales itinerantes y sentenciar en los propios territorios indígenas el despojo para otorgarlo a transnacionales inversionistas en México.


A los ojos de los indígenas, quien porta una guayabera o huipil ocupa un rango jerárquico en sus comunidades. Y los candidatos que llegan a hacer proselitismo representan a ese “indio ladino” que llega a ver qué les roba, cómo los saquea, cómo los somete.

A ese Luis Echeverria y esposa, a ese Felipe Calderón y su esposa que portaba un carísimo rebozo en todo evento público; a esa Xóchitl Galvez con huipiles de más de 30 mil pesos; a Claudia Sheinbaum envuelta en prendas de seda de Pineda Covalin, para llevarles la justicia social, mientras hacen caso omiso a las comunidades desplazadas por la violencia criminal de los cárteles de las drogas en todo el territorio nacional.


Y contrario al romanticismo indigenista actual, durante la Conquista española en Mesoamérica, usar el huipil modificado para “cubrir las vergüenzas”, cerrándolo de los lados, fue un símbolo de sometimiento, como afirma Lydia Lavín, diseñadora de modas, maestra e Investigadora de indumentarias fundamentalmente prehispánicas.

Ya veremos a los ministros Yasmín Esquivel, Loretta Ortiz, María Estela Ríos, Sara Irene Herrerías, Giovanni Azael Figueroa, Irving Espinosa y Arístides Rodrigo Guerrero para qué usan estas prendas.

La ministra Lenia Batres. Foto // Cuartoscuro

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