Cronica del abandono de los trabajadores, otro 1° de Mayo con reclamos no escuchados
Son las 10 de la mañana, ya se han servido decenas de desayunos en fondas, los conductores del Metro han dado vuelta por toda la ciudad, los jóvenes explotados en los call centers ya han llamado a otra decena de personas, los diseñadores empiezan a recibir las molestas exigencias de un jefe que no entiende su trabajo

Foto: Luis Calderón/Cenzontle400
A las 10 de la mañana, muchos mexicanos ya llevan por lo menos cuatro horas despiertos, algunos incluso seis o más, gracias a la distancia entre su hogar y su centro de trabajo. Un martirio diario de cuatro horas —dos de ida y dos de vuelta— para simplemente llegar a casa a descansar de una jornada que se asemeja más a una tortura que a una labor disfrutable o que “dignifique” al obrero.
Y ni hablar de las trabajadoras del hogar: miles de madres, abuelas y tías que, desde una hora antes que las y los obreros del país, se levantan para preparar el desayuno, el lonche, llevar a los niños a la escuela, mantener la limpieza, identificar necesidades, surtir la despensa y, en suma, evitar que un hogar se caiga a pedazos.
Son las 10 de la mañana, ya se han servido decenas de desayunos en fondas, los conductores del Metro han dado vuelta por toda la ciudad, los jóvenes explotados en los call centers ya han llamado a otra decena de personas, los diseñadores empiezan a recibir las molestas exigencias de un jefe que no entiende su trabajo.
Quizá una médico está encontrando su primera oportunidad para comer algo, pues en las últimas 12 horas estuvo de guardia en urgencias, Una cajera de supermercado ya sufre por haber estado dos horas de pie, gracias a que un empresario cree que darle una silla la hará “menos eficiente”, mientras, la señora de la limpieza está subcontratada y preocupada porque se han atrasado —una vez más— con el pago de su quincena. “No hay fondos”, le dice el jefe mientras se baja de su pick-up y pisa el suelo recién trapeado con total indiferencia.

Los trabajadores de México, a las 10 de la mañana, ya han sostenido al país por más de dos horas; algunos llevan haciéndolo desde el día anterior, y otros incluso con jornadas en las que se les recluye en el trabajo bajo el pretexto de que es “humano” que una persona trabaje 24 horas seguidas para luego tener 24 horas “libres”.
Es por ello que, el día de ayer, cientos de trabajadores alrededor del mundo conmemoraron el sacrificio de cinco anarquistas en Chicago, quienes exigieron una jornada de ocho horas que les permitiera vivir un poco más, ver a sus familias, respirar y desarrollarse.
El día primero fueron los mismos trabajadores, hijos de generaciones de obreros y campesinos maltratados por el capital, quienes a las 10 de la mañana tomaron las calles de la Ciudad de México para exigir que se beneficie a los trabajadores con el lujo de vivir, pues al parecer solo la clase alta tiene derecho al descanso, al disfrute, al respiro o a la convivencia. Los demás no: debemos mantenernos al margen y producir, a pesar de que el patrón ya tiene lo suficiente; a pesar de que no hay realmente algo que hacer, a pesar de que ya no puedes mantener los ojos abiertos y la máquina que estás usando es de sumo cuidado:
“hay que cumplir con la producción, acuérdense del bono”. El bono que necesitas para pagar ese departamento a sobrecosto y que, para colmo, queda lejos de tu cárcel, de tu “trabajo”, del cubículo opresivo diseñado para que no interactúes con tus compañeros, para que seas únicamente una máquina que no siente ni piensa, solo genera.
“¡40 horas ya, 40 horas ya!” fue la consigna frente a Palacio Nacional de decenas de trabajadores convocados por el Frente Nacional por las 40 Horas, una coalición de diferentes organizaciones sindicales, sociales y políticas que busca la reducción de la jornada laboral en el país. Actualmente, ésta es de 48 horas a la semana con un solo día de descanso. La propuesta —detenida en el Poder Legislativo desde 2023— plantea reducir la jornada para que los trabajadores tengan derecho a dos días libres por ley.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) señaló en 2023 a México como el país miembro que más horas trabaja al año por persona, con un total de 2 mil 207 horas, lo que sugiere un promedio de 42 horas semanales.
Sin embargo, estos datos corresponden únicamente al trabajo principal de los encuestados, por lo que no se consideran los tiempos de traslado ni los trabajos secundarios. En segundo lugar se encuentra Costa Rica, con un promedio de 41 horas semanales; después, Chile, con 37; y en tercer y cuarto lugar, Grecia y el territorio ocupado de Palestina (Israel), ambos con 36 horas por semana.
Entre Chile, Grecia y el Estado Ilegitimo de Israel existe una brecha importante con México. Incluso si se aprueba la reforma por las 40 horas laborales, esta diferencia seguiría siendo motivo de preocupación. Y eso, a pesar de las evidencias y estudios que respaldan que la productividad —tan clamada por los empresarios— se incrementaría con la reducción de la jornada, así como la mejora en la salud física y mental de los trabajadores. Pero a los gobiernos y patrones del país, poco les importa.

Unos minutos después de las 10:20, los trabajadores, activistas y la sociedad en general comenzaron la marcha con dirección al Monumento a la Revolución. En el paso frente al Palacio de Bellas Artes relució un cartel donde se leía: “El arte también es trabajo”, una exigencia de respeto a los derechos laborales de los artistas, cuyo trabajo muchas veces es menospreciado, sobre todo por quienes no forman parte de la élite académica y económica del país.
El contingente se detuvo frente al Museo de Memoria y Tolerancia, donde entonaron consignas críticas contra los administrativos, a quienes acusaron de respaldar y simpatizar con un genocidio moderno, en relación con los atentados de los que es víctima la población de la Franja de Gaza, en Palestina, por parte del ejército israelí. Se trata de una causa con la que varios de los colectivos participantes se han solidarizado desde el inicio de las hostilidades, en octubre de 2023.
La avanzada atravesó la explanada de Bellas Artes, donde una multitud de turistas y transeúntes fotografiaron y grabaron en video la manifestación, además de recibir panfletos informativos sobre la importancia de la reducción de la jornada laboral y cómo esta mejoraría la calidad de vida de todos los trabajadores del país. El sol no amainaba; gracias a los árboles que abundan en la explanada, se disfrutó de un poco de sombra, mientras poco a poco se sumaban más asistentes, algunos ya preparados, otros por pura empatía.
La manifestación continuó por avenida Hidalgo, pasando por la Iglesia de San Hipólito y doblando con dirección a avenida Paseo de la Reforma. La Fuente de la República cumplió el papel de ser el medio por el cual quedaban asentadas las exigencias de una clase trabajadora agotada, con sed de vivir, de disfrutar la compañía de sus seres queridos en vez de fregar platos de pie durante ocho horas diarias de un tiempo que jamás regresará.

En esa misma glorieta, los asistentes realizaron un pase de lista para recordar a los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, desaparecidos por el gobierno de Enrique Peña Nieto hace más de diez años.
Al ingresar por Avenida de la República, los asistentes pintaron consignas en el restaurante Sonora Grill, que en el pasado ha sido acusado de explotación laboral y también de racismo. Hace unos años se difundieron testimonios de varios empleados que aseguraban la existencia de un código en los locales de esta cadena para acomodar a los comensales según su tono de piel, con el fin de ofrecer una imagen más atractiva a los turistas y miembros de la clase alta.
En el año 2023, gracias a estas denuncias, el gobierno de la Ciudad de México, entonces encabezado por Claudia Sheinbaum Pardo, abrió un expediente de queja a través del Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación en la Ciudad de México (COPRED). La titular del COPRED aseguró que, tras abrir el expediente de queja Q-83-2022, se reunió evidencia suficiente para confirmar la denuncia por discriminación.
En 2023, un mesero de una sucursal en Veracruz denunció acoso y hostigamiento laboral por parte de la gerente general, en complicidad con la jefa de piso, quienes se escudan en el respaldo de Ricardo Añorve, dueño de la cadena. En un video difundido en redes sociales, el señor Ricardo Ángel Ramírez señaló que ha tenido jornadas de hasta 14 horas consecutivas, no recibe pago por las horas extra, y las propinas son robadas, pues si reciben un 10 por ciento, ocho se las quedan las acusadas. A ello se suma que deben cumplir con una cuota de ventas y, de no ser así, se cubre el faltante de las propinas.
Al llegar al Monumento a la Revolución, el sol cedió por unos breves minutos. Los asistentes aprovecharon para hidratarse, mientras se preparaba el equipo para realizar el mitin, donde se presentaron varias propuestas, entre las más importantes: la creación de un nuevo sindicato sin jerarquías, una verdadera representación de los trabajadores del país.

Noroña, ¿el traidor? No; siempre fue así
Antes de que representantes de organizaciones y de la sociedad civil iniciaran la asamblea programada, los ánimos de los manifestantes se arrojaron contra Gerardo Fernández Noroña, presidente del Senado de la República, quien en los últimos meses ha hecho preocupantes declaraciones que generan dudas sobre si cumple con los requisitos para ejercer su puesto. Olvida que es un representante de las exigencias y necesidades del pueblo, y por ende, debería ser el principal impulsor de esta reforma y no mandar a “organizarse” a los trabajadores que este 1 de mayo le dejaron claro que, si algo falta para la aprobación de la reducción de la jornada laboral, no es ni organización ni voluntad de la gente, sino las trabas del sistema político y sus pactos con empresarios explotadores.

A Noroña se le llama traidor con causa y de forma justificada. No solo lo demuestran los trabajadores que se manifestaron ese día, sino también el desprecio del partido que decía representar. Esto se evidenció en el Congreso Nacional del Partido del Trabajo (PT), realizado el 26 de abril en la Ciudad de México, donde fue recibido con abucheos.
La militancia exigía que bajara del estrado y se retirara. Posteriormente —recordando que las acciones del partido satélite de Morena nunca han sido en representación de la clase obrera—, en una muestra demagógica de quien teme perder los favores del régimen, el coordinador nacional del PT, Alberto Anaya Gutiérrez, fiel a su naturaleza de esquirol, expresó su pesar por el actuar de algunos militantes.
Noroña merece todo el odio que recibe de la clase trabajadora, de las militancias conscientes —porque las hay—, de las madres buscadoras y de la comunidad internacional.
El mitin: honrar la memoria
Recordar que el Día del Trabajador no es una fecha para celebrar, sino una conmemoración de la lucha mundial por los derechos de la clase trabajadora. Este fue el primer paso con el que arrancó el mitin en la explanada del Monumento a la Revolución, pues el olvido ha sido la peor desgracia de los mexicanos: nos ha cegado, apacigua los ánimos de justicia y adormece a los oprimidos.
Los mártires de Chicago fueron trabajadores anarquistas de Haymarket Square condenados a pena de muerte tras las protestas iniciadas el primero de mayo de 1886 por proletarios que exigían la implementación de la jornada laboral de ocho horas, motivo por el cual el gobierno reprimió las huelgas y protestas con lujo de violencia.
Cuando los trabajadores organizados devolvieron las agresiones en forma de bombas molotov contra el cuerpo represor de la policía, el gobierno aprovechó este evento para realizar un juicio que, años después, fue calificado de ilegítimo y malintencionado, pues, con pruebas vagas como artículos de periódico que señalaban a los imputados como peligrosos —supuestamente por instar a exigir justicia a través de la violencia— y una resolución del jurado que duró únicamente tres horas, fueron condenados a muerte cinco de los detenidos por los eventos de Haymarket, mientras que un sexto, al ver la injusticia de las leyes estadounidenses, decidió vedarles el lujo de arrebatarle su libertad o su propia vida.

Pero no solo ellos han representado el sacrificio que la lucha por la justicia laboral conlleva, como señalaron durante el mitin integrantes del Frente Nacional por las 40 Horas y representantes de colectivos asociados, quienes invitaron a la memoria y la reivindicación de la lucha laboral en México, representada por la huelga de los mineros de Cananea en Sonora, ocurrida el primero de junio de 1906, y por la huelga de Río Blanco, Veracruz, ocurrida en enero de 1907.
Ambas muestras de resistencia y valentía obrera fueron reprimidas con violencia por el gobierno del dictador Porfirio Díaz; en el caso de Cananea, incluso hubo intervención de elementos represores de los Estados Unidos, específicamente del cuerpo de rangers de Arizona. En ambos hechos, el asesinato de mineros y trabajadores textiles se hizo presente.
En aquella época, ambas huelgas fueron dos de los eventos que hicieron tambalear la dictadura de Díaz y que concluyeron en la Revolución Mexicana. Las exigencias por las que tantos mexicanos fueron asesinados únicamente pedían una jornada menor, de ocho horas, la misma que, veinte años antes, había costado la vida de los mártires de Chicago, además de salarios justos, pues acusaban que los migrantes estadounidenses ganaban más únicamente por su lugar de procedencia. Considerarse iguales, seres humanos sintientes y pensantes, es el delito que tanto asusta a los empresarios y gobiernos, que tienen que acallarlo con la detonación de un cobarde fusil empuñado por traidores de clase.
Dentro de este ejercicio de memoria, los representantes del Frente señalaron que, desde hace 100 años, no se ha modificado la jornada laboral en México, a la par que han sido ignoradas las necesidades de educación, vivienda, cultura y medio ambiente para que la clase trabajadora pueda vivir, por lo menos, con justicia, dignidad y bienestar.
También recordaron que el caso de la reforma para reducir la jornada laboral no ha sido la única propuesta en pro de los trabajadores del país bloqueada por el Poder Legislativo, quienes, a pesar de tener una importante mayoría y de que fácilmente podrían aprobar este tipo de reformas —como ya hicieron con la reforma al Poder Judicial—, no parecen preocuparse del bienestar de la clase social más numerosa de México y el mundo, pues ni siquiera proporcionar una silla o eliminar realmente el outsourcing han podido lograr.

Durante la asamblea se hizo mención de la mala distribución de la riqueza dentro del país, pues, a pesar de que la clase trabajadora es mayoría, en ella también se ubica el 50% más pobre, mientras que el 1% más rico acapara —según las cifras compartidas durante la manifestación— 25 de cada 100 pesos producidos en lo que va del siglo XXI en México, mientras que el 50% más pobre recibió únicamente 1.50 pesos por cada 100 producidos. Esto se suma a los privilegios legales y fiscales que benefician a las grandes empresas nacionales e internacionales, como la condonación de impuestos a empresas como FEMSA.
La violencia contra la mujer no ha parado
En entrevista para Cenzontle400.MX, una manifestante que nos pidió ser llamada Laura manifestó la necesidad de que la reforma para la reducción de la jornada laboral se apruebe pronto, pues se trataría de la punta de lanza que podría permitir “verdaderamente revolucionar los derechos laborales en México”, ya que “somos el país que más horas trabaja, que menos descansa y que menos gana por esas horas”.
Laura dijo que lleva trabajando desde que cumplió 17 años, seis días por semana. Declaró que su primer trabajo fue en una zapatería ubicada en Polanco, donde laboraba jornadas de 10 horas diarias, sumadas a las horas perdidas en el transporte público, pues debía trasladarse desde Ixtapaluca; recorridos que muchas veces sumaban otras seis horas a la rutina de Laura, por un sueldo que calificó como “de risa”.
Señaló que en varios trabajos que ha tenido ha sido víctima de acoso sexual, y que fue ignorada por el área de recursos humanos cuando intentó denunciar su caso. Dijo que no existen consecuencias para los agresores sexuales en los centros de trabajo.
Respecto al año 2020, cuando fue declarada la pandemia por COVID-19, Laura mencionó que insistió con la empresa —de nombre TKM— en implementar el sistema de trabajo a distancia para salvaguardar la salud de los trabajadores, pero fue ignorada. Como consecuencia, fallecieron cinco compañeros en todo el edificio donde ejercía su labor, motivo por el cual este fue clausurado.
Ante las calumnias y provocaciones del presidente del Senado, quien acusa a los trabajadores de no organizarse por sus derechos, Laura señaló que, cuando intentó formar un sindicato con sus compañeros en Servicios Corporativos Integrales, fue despedida injustificadamente. Acusó que es muy difícil organizarse si no existe protección para los trabajadores frente a actos abusivos de las empresas.
Laura mencionó que, gracias a la aprobación de la jornada reducida, se vislumbraría un futuro prometedor para propuestas que garanticen el bienestar de los trabajadores y sus familias, como el aumento en los días tanto de maternidad como de paternidad, la división de turnos para fomentar la ocupación laboral y disminuir el desempleo y, sobre todo, la atención a la violencia contra las mujeres en el ambiente laboral.
En muchas ocasiones no se toma en cuenta el riesgo que las mujeres corren en todo tipo de trabajos. Dijo que suele señalarse la peligrosidad del trabajo sexual que muchas mujeres se ven obligadas a ejercer, pero lamentablemente en todos los empleos existe riesgo, como ella menciona, pues también son víctimas del peligro las trabajadoras de la maquila, las dependientas en tiendas, en call centers o en oficinas; todas tienen historias de agresiones y acoso sexual: “eso no ha cambiado, no se ha movido”.
Un nuevo sindicalismo
Diego Núñez es abogado laborista. En complemento con su profesión, se dedica a difundir los derechos de los trabajadores en México, además de señalar casos de abuso y ofrecer orientación a través de su cuenta de X (antes Twitter) Héroe de la Clase Trabajadora (@WorkingKlassHer). Diego ha acompañado al Frente Nacional por las 40 Horas desde que se promovió la iniciativa. Sumado a ello, tiene una propuesta importante para la clase trabajadora: la creación de un nuevo sindicalismo mexicano, alejado del charrismo que ha infestado la mayoría de los sindicatos del país.
La propuesta fue dada a conocer durante la asamblea frente al Monumento a la Revolución, donde el joven abogado señaló que era la oportunidad para convocar a formar un “semillero de representantes de la clase trabajadora” formado por cuatro principios básicos:
- Horizontalidad: para evitar que se formen estructuras y grupos de poder dentro del sindicato.
- Se prohíben los títulos de líder: dentro del sindicato, “todos participan, todos deciden y todos resuelven”.
- Estudios de Capacitación: para supervisar que los afiliados cuenten con una correcta capacitación por parte de las empresas sobre derechos laborales o cualquier otro tema de su interés.
- Posicionamiento político: el sindicato será militante de todas las causas justas de los oprimidos.
En entrevista para Cenzontle400, Diego Núñez recalcó lo mencionado durante la asamblea, señalando la imperdible oportunidad de aprovechar la conmemoración del primero de mayo para promover la organización de los trabajadores en la defensa de sus derechos, fomentando la creación de un gran sindicato por y para la clase obrera, o, por lo menos, que cada trabajador se organice en su propio sindicato. Lo importante es mantener la organización.
Diego señaló que ya ha terminado de elaborar los estatutos, los cuales difundirá próximamente a través de su cuenta de X, para que todas aquellas personas que no quieran adherirse al proyecto que está organizando puedan conocer las bases y formar sus propios sindicatos.

Sobre la jornada laboral que se vive en México, denunció que se trata de “empleos extenuantes cuyos tiempos de traslado son muy elevados y que, en muchos casos, aun cuando el centro de trabajo está cerca del hogar del empleado, a consecuencia del tráfico se vuelve extremadamente largo”, consumiendo la vida de los trabajadores.
El abogado aseguró que las consecuencias en la salud de los mexicanos ya son perceptibles:
“En el Seguro Social cada vez hay más quejas o trastornos por las altas jornadas de trabajo, por el burnout“. Entre los beneficios que traería a los trabajadores del país la reducción de la jornada, Diego recalcó que el primero sería un mejor descanso para todos y un aumento de la productividad, “pues está demostrado que a menor tiempo trabajado, mayor productividad”.
Claudia finge: ¿40 horas hasta 2030?
Claudia Sheinbaum vende “atole con el dedo”, como solía decir su antecesor, pues en el marco del Día del Trabajador afirmó que las mesas de análisis y diálogo comenzarán a realizarse a partir de esta semana. La sorpresa, que originalmente parecía positiva, terminó por convertirse en una farsa, pues la presidenta afirmó que esta medida será aplicada de manera paulatina hasta llegar a las 40 horas en 2030.
Qué paradójico: al igual que la conocida como “Ley Silla”, que obliga a los empleadores a proveer una silla para sus trabajadores y fue aprobada en 2024, o la supuesta prohibición del outsourcing —por cierto, “grandes” academias como el Colegio de México o instituciones como el Senado de la República continúan utilizando esta traicionera táctica con sus trabajadores de limpieza—, no tardarán en aparecer los miles de impedimentos por los que las pobres empresas y sus dueños no pueden permitirse un cambio tan drástico.
Siempre por el bien del empresario, como con su amiga íntima e hija del Fobaproa —que tanto ha estado presente en el discurso de Sheinbaum—, Altagracia Gómez, una de tantas nepobabies del bienestar, cuya familia se enriqueció a costa del sacrificio de generaciones de obreros y campesinos que, a día de hoy, seguimos pagando por la incompetencia de su progenitor y de otros miembros de esa selecta clase de explotadores, como Carlos Slim o Ricardo Salinas Pliego.
Una última curiosidad para que duerma intranquilo: en 2030 hay elecciones, y al igual que el traidor López Obrador hizo con la lucha de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, no dude que Morena se colgará la medalla de haber reducido la jornada laboral y de ser el partido de los trabajadores. Nomás tardaron cinco años, cinco irrecuperables años de todos y cada uno de los trabajadores del país, mientras con su esfuerzo personajes de la burguesía como Altagracia viven entre jets privados, yates, cenas lujosas y unas vacaciones perpetuas. Ellos no trabajan, si ya lo hacemos nosotros por ellos.