“Desaparecer otra vez”: Mujeres buscadoras enfrentan amenazas, pobreza y abandono oficial en México

buscadoras

Un informe de Amnistía Internacional documenta que el 97 % de las mujeres que buscan a sus familiares desaparecidos han sido víctimas de violencia. Denuncian abandono, revictimización y persecución en un país con más de 128 000 personas desaparecidas.

Por. Alberto Amaro

Las mujeres que buscan a sus familiares desaparecidos en México enfrentan no solo el dolor de la ausencia, sino una nueva forma de desaparición: la del Estado.

Así lo denuncia Amnistía Internacional en su más reciente informe titulado “Desaparecer otra vez: violencias y afectaciones que enfrentan las mujeres buscadoras en México”, entregado el pasado 23 de julio al Gobierno Federal.

El documento revela un dato contundente: el 97 % de las mujeres buscadoras ha sufrido algún tipo de violencia mientras realiza su labor. El 45 % ha sido amenazada; el 39 %, extorsionada; el 27 %, atacada físicamente; y un 10 % incluso ha sido torturada. Otras han sido desplazadas, secuestradas o víctimas de violencia sexual. Todo ello por atreverse a hacer el trabajo que las autoridades no hacen: buscar a sus desaparecidos.

“Mi casa fue baleada con más de 100 disparos mientras estaba con mis hijas. Fue espantoso”, narró una buscadora de Guerrero incluida en el informe.

A pesar de la gravedad de los hechos, solo el 17 % de las mujeres acude a denunciar las agresiones, ante el temor de ser ignoradas, criminalizadas o agredidas nuevamente por autoridades coludidas con el crimen organizado.

IMPACTO SILENCIOSO

Además de la violencia física, el impacto psicológico y económico es brutal. El 70 % de las buscadoras enfrenta problemas de salud mental como ansiedad, depresión o insomnio. El 60 % ha tenido que reducir su alimentación o ha perdido su vivienda. Muchas lo hacen solas, sin redes de apoyo ni recursos.

En su mayoría, las buscadoras son madres (65 %), hermanas (21 %) o esposas (13 %) de las personas desaparecidas. La mayoría pertenece a sectores empobrecidos, marginados o indígenas, y la discriminación institucional es evidente: las autoridades priorizan a quienes tienen más recursos o visibilidad.

“El gobierno debería cuidarnos, no perseguirnos. Nosotras buscamos con las uñas, porque ellos no lo hacen”, declaró una integrante del colectivo Madres Buscadoras de Sonora.

ESTADO AUSENTE, RIESGO CONSTANTE

El informe también denuncia el abandono del sistema nacional de búsqueda. Actualmente, el Consejo Ciudadano del Sistema Nacional se encuentra sin renovar. Solo el 10 % de las mujeres ha recibido medidas de protección; el 26 % algún tipo de asesoría legal, y apenas el 25 % ha tenido acceso a atención psicológica.

Amnistía Internacional exige al Estado mexicano una respuesta inmediata, que incluye:

  • Medidas de protección urgentes.
  • Apoyo económico y psicológico sostenido.
  • Visas humanitarias para buscadoras migrantes.
  • Formación a funcionarios públicos con enfoque de género y derechos humanos.

LA OTRA LISTA DE DESAPARECIDAS

Desde 2018, al menos 16 mujeres buscadoras han sido asesinadas en México. Entre ellas, Sofía Raygoza, ejecutada en Zacatecas, y Yesenia Durán, asesinada en Veracruz. En lugar de protección, las buscadoras reciben balas.

Hoy en México hay más de 128 000 personas desaparecidas, según cifras oficiales. Y mientras crece el número, también crece la lista de mujeres que desaparecen en vida al buscar. Su delito: no rendirse.

En un país donde el gobierno presume mecanismos de paz y justicia transicional, las mujeres buscadoras siguen haciendo excavaciones con palas prestadas, enfrentando amenazas de muerte, pobreza y abandono institucional. Desaparecer otra vez, como llama Amnistía Internacional, no es una metáfora: es una segunda desaparición, tan real como la primera.

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