JUSTICIA GRÁFICA // Lindas criaturas

Por: Sofía Pacheco

Morena está acabada moralmente, ellos se dispararon solos con sus saqueos descarados, con sus robos “hormigas” desde factureras en municipios y estados morenistas hasta saqueos por medio de empresas, como la que planificó y construyó el Tren Maya, descarrilado hace unas horas; todos esos proveedores amigos de los López Beltrán que ayudaron a la tragedia del ecocidio de la selva, los que vendieron las piedras y las vías que conforman la obra, pasando por los constructores de las estaciones “ferroviarias” que se inundan y no tardan en colapsar, gracias al saqueo de esos 500 mil millones de pesos que nos costó a los mexicanos el capricho de un solo hombre: Andrés Manuel López Obrador, representan parte de su ruina moral.

El exceso de felonía, de criminalidad financiera en la que algunos miembros de la cuatroT se han implicado como el Senador Adán Augusto López Hernández, con sus nexos con “La Barredora”, a través de su líder criminal, Hernán Bermúdez Requena, nombrado Secretario de Seguridad Pública en 2019 por él, cuando fungía como Gobernador de Tabasco; o de la Senadora Olga Patricia Sosa Ruiz, usando a su madre para esconder un millón y medio de dólares comprados a 10 días de las elecciones pasadas, son tiros certeros de los morenos que si bien les generaron evidente riqueza ilegal, hoy día publicitariamente son bombazos contra ellos mismos, mermas morales, aunque a ellos no les interese cuidar dicha imagen.

Los escandalos que construyen día a día estos personajes morenistas sin pudor y con harta lana ilegal, pretenden ser justificados a través de cartas mal redactadas. Le pongo ejemplos:
La carta aclaratoria de Olga Sosa Ruiz con sellos del Senado de la República para tratar de desmentir el acto cambiario de 30 millones 500 mil pesos en la casa de cambio Vector a manos de su madre Olga Ruiz Garza, a quien endilgó la responsabilidad de responder y demostrar que, en efecto, ella es la heredera de esa cifra, ¿que hizo con el millón y medio de dólares? ¿Lo sacó del país? ¿ Lo puso en maletas? ¿Pagó impuestos? ¿A qué edad fue testada ? Además de todas las incógnitas fiscales que genera la supuesta herencia ¿Y si en realidad era dinero del huachicol de Sergio Carmona Angulo?

Olga pretendió limitar nuestro derecho a pensar, a suponer, a sospechar lo obvio ante la obviedad por medio de una cartita en la que se refirió a esta periodista como “cuenta de Facebook” ni para hacerse pendeja fue congruente ¡doña Senadora!.

Andy López Beltrán es otro nuevo ricachón que al grito de “primero los pobres” se va a Japón, uno de los destinos más caros del mundo a “descansar” como si fuese un acto accesible para sus pobres, o para cualquier empleado o trabajador promedio de este país.

Otra carta bastarda, huérfana de padre y madre, es la de Beatriz Gutiérrez Muller con una vasca de sintaxis, y una soberbia evidente cuando señala “sepan que los protejo y lo seguiré haciendo hasta con mi vida” ¡Qué bárbara! Esta señora se cree poco menos que la Virgen, una suerte de todopoderosa y no lo es tanto: ya le cala el hecho de tener que suspender momentáneamente ese viaje a España para vivir con su hijo en el barrio más exclusivo de la capital.

Por fin alguien le pone un alto a los excesos de estos morenos fifís, por eso Beatriz Gutiérrez está fúrica, porque tuvo que acudir al plan “B”, vete haciendo para un lado, y por eso la carta destila odio, enojo, rencor contra los periodistas en general y en especial con los de ABC que dieron la nota del cambio de domicilio a España de la presunta escritora.

“Soy independiente de la política”, alega la señora cuando nunca la vimos inconforme viviendo en Palacio Nacional o en los eventos donde asomaba la nariz, “los protejo a todos” cuando nunca la vimos frenar o por lo menos condenar las acciones de evidente maridaje de su esposo con el crimen organizado, al que defendió y defiende si es necesario “con su propia vida”.

No cabe duda que el dinero y el poder marea al grado de la locura, pero ¿Y la Presidenta Sheinbaum?

¿Dónde queda ella de frente a los excesos, a los escandalos, a la negligencia? Queda como lo que vemos y lo que es, una pilmama de Andy López Beltrán y una empleada de Andrés Manuel López Obrador.

Nos leemos la próxima vez.