Isabel Miranda de Wallace, aliada de García Luna en el “combate” al secuestro

El grado de influencia y poder que acumuló Isabel Miranda de Wallace en el sexenio de Felipe Calderón para fabricar culpables en la Guerra contra el Narco en comparsa con Genaro García Luna pasó por encima de los derechos constitucionales de los presuntos secuestradores que se declaraban responsables del delito bajo tortura como ocurrió con Brenda Quevedo Cruz.
La figura de “defensora de la justicia” fabricada mediáticamente, incluso comparada con Sor Juana Inés de la Cruz y Leona Vicario, Miranda de Wallace la usó para infiltrarse en organizaciones de víctimas de secuestro para acallar su demanda de justicia y sus casos permanecieran en la impunidad, como México SOS, del empresario Alejandro Martí, y el movimiento Por la Paz con Justicia y Dignidad, del poeta Javier Sicilia. De acuerdo con investigaciones periodisticas, el secuestro y asesinato de su hijo Hugo Alberto Wallace en 2005 nunca ocurrió, pues hay evidencias que continuaba vivo hasta el año 2010. El 70 por ciento de los mil 405 detenidos por secuestro en el sexenio de Felipe Calderón o eran inocentes o quedaron en libertad dentro del plazo constitucional. Otros apelaron su sentencia o interpusieron un amparo contra el auto de formal prisión, por falta de pruebas o porque se violaron sus garantías constitucionales y el debido proceso en el momento de la aprehensión como fue el caso de la francesa Florence Cassez.

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El fallecimiento el pasado 8 de marzo de Isabel Miranda de Wallace, de 73 años, generó una serie de polémicas en la conversación pública en México.

Políticos, activistas y periodistas afines a los regímenes del PAN y el PRI lamentaron el deceso de la “luchadora incansable” que defendió los derechos humanos de las víctimas de la violencia.

Otros periodistas críticos incluso dudaron de su muerte porque, si fue partícipe en la red político-criminal fabricando culpables durante el sexenio del expresidente Felipe Calderón y su Guerra contra el Narco, desde la Agencia Federal de Investigación (AFI), la Procuraduría General de la República (PGR), la Policía Federal Preventiva (PFP) y la Secretaría de Seguridad federal, cuyo titular era Genaro García Luna, actualmente preso en Estados Unidos por narcotráfico y proteger a organizaciones criminales como el Cártel de Sinaloa, la líder fundadora de la organización Alto al Secuestro, con el nivel de influencia y prepotencia que la caracterizaban, era capaz de cualquier cosa para librar las acusaciones en su contra por tortura de personas para inculparse en el caso del supuesto secuestro y asesinato de su hijo, Hugo Alberto Wallace.

De madre coraje a la temible Señora Wallace

De acuerdo con investigaciones periodísticas, la moneda de cambio de Miranda de Wallace para entrar en el círculo más cercano al expresidente Felipe Calderón en 2005 fue haber inventado la desaparición y asesinato de su hijo Hugo Alberto Wallace Miranda, por cuyos supuestos delitos permanecen hoy en día en la cárcel seis personas injustamente acusadas, de los cuales, dos siguen sin sentencia. Y fueron implicadas otras 30 personas más.

Brenda Quevedo Cruz

Al supuesto líder de la banda de secuestradores, César Freyre, lo sentenciaron a 47 años de prisón; Jacobo Tagle Dobin y Brenda Quevedo Cruz continuan sin sentencia; Juana Hilda González Lomelí fue sentencia a 38 años de cárcel, y los hermanos Tony y Alberto Castillo Cruz, de acuerdo con el expediente judicial 35/2006/11, que está plagado de contradicciones, según la periodista Anabel Hernández en su libro México en llamas, el legado de Calderón.

Miranda de Wallace se adjudica la captura de seis secuestradores de su hijo Hugo Alberto, “un empresario exitoso, apasionado de las motocicletas”, según ella, luego de hacer una campaña con anuncios espectaculares por toda la Ciudad de México, ofreciendo recompensas que iban desde los 250 mil pesos al millón y medio de pesos.

En la exhaustiva investigación de la periodista Hugo Alberto Wallace tenía antecedentes penales por contrabando en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y la AFI de García Luna nunca hizo efectiva su orden de captura. Además de que testimonios de una de la novias de Hugo Alberto refieren que él se sentía vulnerable a ser secuestrado y procesado por narcotráfico años antes de su desaparición.

La figura de “madre coraje, defensora de la justicia” fabricada mediáticamente, incluso comparada con la poetisa Sor Juana Inés de la Cruz y Leona Vicario en programas especiales de Canal 11, Miranda de Wallace la usó para infiltrarse en organizaciones de víctimas de secuestro para acallar su demanda de justicia y sus casos permanecieran en la impunidad, como México SOS, del empresario Alejandro Martí, y el Movimiento Por la Paz con Justicia y Dignidad, del poeta Javier Sicilia, luego del asesinato de su hijo en Morelos en 2011.

La terrible señora Wallace, como la llaman las víctimas de fabricación del delito de secuestro, “por su cercanía con el gobierno, su prepotencia y su oportunismo”, de acuerdo con Anabel Hernández, comenzó desde que Felipe Calderón a falta de respaldo ciudadano en su Guerra contra el Narco, la engendró como “un personaje que le sirvió de comparsa incondicional, que saboteó diversos movimientos sociales y que lo defendió a capa y espada a él y a Genaro García Luna”.

Tanto Calderón como García Luna a su vez la cobijaron y la solaparon. Bajo su protección, Miranda de Wallace manipuló a la PGR y violó los derechos humanos de muchas personas para fabricar el caso de la desaparición de su hijo. Ella siempre defendió los actos emprendidos de “seguridad y justicia” de Felipe Calderón y de García Luna.

Atacó a Florence Cassez defendiendo a García Luna y a su equipo, autores de la detención-montaje televisivo de la francesa en diciembre de 2005.

Felipe Calderón siempre la recompensó: en 2010 le otorgó el Premio Nacional de Derechos Humanos y en 2011 la hizo candidata a la jefatura de Gobierno de la CDMX por el PAN, aunque los propios panistas se opusieran.

Intentó liderar movimientos sociales que exigían justicia al gobierno de Felipe Calderón

Miranda de Wallace también quiso meter en cintura al movimiento Por la Paz con Justicia y Dignidad del poeta Javier Sicilia, luego del asesinato de su hijo en Morelos en 2011.

Intentó liderarlo pero fracasó y declaró: “el gobierno podrá tener negligencia, ineptitudes, pero no es el asesino”.

El poeta Javier Sicilia

Ayudó a desmovilizar movimiento sociales críticos por la corrupción y escalada de violencia en la administración de Felipe Calderón como la marcha del empresario Alejandro Martí en 2008 con la frase: ¡Si no pueden, renuncien! luego del secuestro y asesinato de su hijo Fernando Martí. La mujer influyó en Martí para que se moderara en sus críticas hacia el gobierno federal.

El mismo Alejandro Martí se quejó en privado de las amenazas por parte de García Luna, “cuya Policía Federal participó en el secuestro y asesinato de su hijo”, según Anabel Hernández, y ya no pudo participar en ninguna otra movilización porque si “García Luna se entera, me mata”, decía el empresario.

Foto/La Jornada

Una gota de sangre de mujer, única prueba pericial para encarcelar a los supuestos secuestradores y asesinos de Hugo Alberto Wallace

Por ello, no es descabellado que Isabel Miranda de Wallace pudo haber fingido su deceso cuando los falsamente acusados del secuestro y asesinato de su hijo han estado en el umbral de alcanzar su libertad, como Brenda Quevedo, sin embargo, su fallecimiento sí fue confirmado el pasado sábado 8 de marzo como consecuencia de una cirugía estética en el Hospital ABC de Santa Fe, en la Ciudad de México.

Desde 2021, la ONU-Derechos Humanos emitió una recomendación al Gobierno mexicano para que Brenda Quevedo fuera liberada por la tortura que sufrió por elementos de la PGR y el desaseo de su proceso judicial.

Foto/ Saúl López/ Cuartoscuro

La periodista Anabel Hernández descubrió en 2014 que el hijo de Isabel Miranda de Wallace tenía varias actas de nacimiento, y

“La única prueba pericial que sostenía el caso del asesinato de Hugo Alberto era una gota de sangre que se encontró siete meses después de su supuesto asesinato, pero en realidad era de mujer y la mamá presionó a la PGR para que dijera que sí era de su hijo”.

Además de que años después salió el verdadero padre biológico de Hugo Alberto y no apoyaba a Isabel Miranda de Wallace en su campaña mediática. El 5 de noviembre de 2021 en una audiencia se definiría si Brenda Quevedo Cruz cumplía los requisitos del decreto presidencial de AMLO para poder ser liberada o ser liberada bajo proceso, pero no procedió.

Lo preocupante en el caso de Brenda Quevedo es que es “un patrón de aplicación de justicia en México, donde una persona con el poder e influencia de Isabel Miranda de Wallace puede andar buscando güeritas sin ningún elementos para acusarte de algún delito. Brenda Quevedo podríamos ser cualquiera de nosotros”, declaró la periodista Anable Hernández en entrevista para La Octava.

En el capítulo “La siniestra señora Wallace”, del libro México en llamas, el legado de Calderón, la periodista Anabel Hernández asegura que el secuestro y posterior asesinato de Hugo Alberto Wallace Miranda, que conmocionó al mundo, en la colonia Extremadura Insurgentes de la CDMX en julio de 2005, nunca sucedió.

Las pesquisas que siguió Isabel Miranda de Wallace eran tan endebles como que el chofer de su hijo aseguró que antes de desaparecer se había reunido con una “mujer güerita”.

No hay ningún testigo que haya escuchado cómo cortaron con una sierra eléctrica el cuerpo de Hugo Alberto Wallace Miranda ni cómo fue arrastrado por el piso de departamentos, subido a un automóvil y ser tirados sus restos al Canal de Chalco, donde posteriormente fue encontrado por su madre, como ella misma aseguró.

Los peritajes de las autoridades no encontraron ningún rastro físico -cabello, uñas, sangre regada- que constataran que en ese departamento el joven fue asesinado.

De lo que sí hay pruebas documentales es que el hijo de Isabel Miranda de Wallace estaba vivo hasta el año 2010 porque siguió utilizando su tarjeta bancaria, de acuerdo con la periodista.

“Hay mensajes de voz que dejó Hugo Alberto a una de sus novias en diciembre de 2005”.

Incluso en 2007 Hugo Alberto Wallace realizó una llamada telefónica a la madre de su hija, Claudia Muñoz, residente actualmente en Estados Unidos, como declaró ella misma en entrevista para el periódico Milenio con el periodista Ricardo Rafael.

Y en diciembre de 2010 Hugo Alberto se presentó personalmente a la Secretaría de Gobernación para tramitar su CURP, de acuerdo con Anabel Hernández.

Comparsa de García Luna en el “combate” al secuestro


En el libro García El Licenciado Luna , el periodista J. Jesús Lemus refiere que en la campaña mediática de Genaro García Luna como funcionario modelo se gastaron 43 mil millones de pesos del erario para “exaltar el trabajo de combate a la delincuencia organizada” sobre todo en la televisión privada: Televisa y TvAzteca.

Aunque el mensaje de “eficiencia de la PFP en el imaginario colectivo -en una guerra donde el combate frontal era el narcotráfico- no fue el narco. Fue el delito que que más escozor causa entre la sociedad: el secuestro”.

Así, entre el 1 de diciembre de 2006 y el 26 de enero de 2011 se logró la captura de mil 405 personas acusadas de pertenecer a alguna organización delictiva dedicada al secuestro, se desarticularon 173 bandas y fueron liberadas 910 víctimas, según datos obtenidos a través del Instituto Nacional de Acceso a la Información (IFAI) sobre las acciones de la Secretaría de Seguridad Pública federal, comandada por García Luna.

Sin embargo, el “70 por ciento de esos mil 405 detenidos por secuestro, es decir, 985, o eran inocentes o quedaron en libertad dentro del plazo constitucional”. Otros apelaron su sentencia o interpusieron un amparo contra el auto de formal prisión, “por falta de pruebas o porque se violaron sus garantías constitucionales y el debido proceso en el momento de la aprehensión” como fue el caso de la ciudadana francesa Florence Cassez.

Florence Cassez e Israel Vallarta en el momento de su detención en diciembre de 2005. Foto/Cuartoscuro.

Por otra parte, la “mayoría de los liberados había sido sometidos a tortura, y en la minoría de los casos no existía prueba material en su contra”.

Ante ello, para descargar la responsabilidad al sistema judicial de la liberación de secuestradores, Alejandra Sota y Max Cortazar, jefes de prensa de la Presidencia de la República y de la SSP respectivamente, emprendieron una campaña en Televisa y TVAzteca “para bombardear al colectivo con los logros del gobierno mexicano frente a la delincuencia organizada”, de acuerdo con Lemus Barajas.

En 2009 se declaró desarticulada la banda de secuestradores Los Petriciolet por la SSP, quien pagó un millón 34 mil pesos por la difusión de la nota en Televisa el 2 de abril de ese año.

A la banda de Abel Silva Petriciolet, que operaba principalmente en la Ciudad de México, se le adjudicaron por lo menos 22 secuestros, entre ellos, el del hijo del empresario Alejandro Martí, Fernando Martí Haik.

Alejandro Marí e iasabel Miranda de Wallace en un aconferencia donde acusaban a los gobernadore de la violencia en el país en 2011. Foto/Cuartoscuro.


Después vino la disolución de la banda de secuestradores Los Aranda, que operaba en Chilapa de Álvarez en Guerrero. A seis miembros de la familia Aranda se les atribuyeron siete secuestros.

“La PFP se dio a la persecución de Los Aranda a insistencia de Miranda de Wallace, colocada como la principal activista contra el secuestro por el mismo presidente de la República, luego del supuesto secuestro del asesinato de su hijo Hugo Alberto Wallace en julio de 2005”, de acuerdo con el periodista.


De ese grado fue la “colaboración”, el nivel de influencia y poder que acumuló Isabel Miranda de Wallace en el sexenio de Felipe Calderón para fabricar culpables en la llamada Guerra contra el Narco en comparsa con Genaro García Luna, pasando por encima de los derechos constitucionales de los presuntos secuestradores que se declaraban responsables del delito bajo tortura como ocurrió con Brenda Quevedo Cruz.

El titular de la Procuraduría de Justicia del Estado de México, Alfredo Castillo Cervantes, e Isabel Miranda de Wallace durante la conferencia de prensa tras la captura de Jacobo Tagle en diciembre de 2010.

Hasta la hacía de Ministerio Público con la anuencia de las autoridades

Tal era el nivel de prepotencia que manejaba la señora Isabel Miranda de Wallace con la complacencia de todo el aparato de justicia mexicano que durante la conferencia de prensa donde se presentó a Jacobo Tagle, luego de ser detenido el 6 de diciembre de 2010, que le pidió a Tagle Tobin sostener sus declaraciones ante los medios de comunicación.

Éste respondió que “en todos sus términos”, y a continuación ella misma hizo que se le quitara el chaleco antibalas y se le alzara la playera para que constataran que no estaba golpeado ni tenía signos de tortura.

Jacobo Tagle también admitió haber participación en los secuestros de una señora con su hijo y un señor de un auto BMW, a cuyos familiares les exigieron 700 mil y 800 mil pesos por su rescate.

Isabel Miranda de Wallace dijo que en una diligencia encaró al detenido, quien le pidió perdón por lo acontecido, pues el plan era secuestrar a Hugo Alberto, no asesinarlo.

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