La Senadora Olga Sosa… se olvida de Sergio Carmona

Por. J. Jesús Lemus
Ya se sabía que la Senadora de Morena por Tamaulipas, Olga Sosa, navegaba en un mar de corrupción y deshonestidad, pero ayer ella misma lo reconoció: en un comunicado emitido a través de la plataforma X, tácitamente reconoció que su mamá -es decir ella misma- había hecho transacciones por mas de 30 millones de pesos en la casa de bolsa Vector.
En un país sumido en la pobreza, transacciones de ese tamaño si no son escandalosas, por lo menos sí levantan sospechas, más si se hacen en una institución financiera que es señalada por el Departamento del Tesoro como instrumento de lavado de dinero de grupos criminales.
La casa de bolsa Vector, junto con CI Banco e Intercam, propiedad de Alfonso Romo, el que fuera Jefe de la Oficina de la Presidencia durante una parte del gobierno de López Obrador, fue señalado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos de lavar dinero para grupos criminales asociados a los cárteles de Sinaloa, del Golfo y Jalisco Nueva Generación.
Los señalamientos no se han quedado en eso, ya el gobierno mexicano ha tomado control de ese grupo financiero porque hay aportación de datos desde Estados Unidos que refieren que los bancos y la casa de bolsa de Alfonso Romo también blanquearon dinero del Huachicol.
En este punto el tema se torna interesante. Sobrados son los señalamientos de que las redes del huachicol (la extracción ilegal de combustible de los ductos de Pemex) llegan a tocar las estructuras del gobierno federal, porque en un momento esa fue la fuente de financiamiento de muchas campañas políticas.
Olga Sosa, igual que muchos morenistas, sin tener la mínima idea de lo que es la política o el servicio a la comunidad, llegó a un escaño financiada por el huachicol. Su pareja sentimental, Sergio Carmona, conocido como El Rey del Huachicol, le financió su campaña y ascenso a los escenarios públicos, igual que lo hizo con otros allegados a la política de la 4T.
Después, cuando Morena y la 4T se afianzaron, Sergio Carmona se volvió incomodo para la élite en el poder. De manera misteriosa, en un hecho que guarda muchas dudas y más sospechas, Sergio Carmona fue asesinada. Poco se sabe oficialmente del caso, pero en el mundo del hampa se habla de un asesinato de Estado.
El caso es que Olga Sosa no sería nada sin el financiamiento del Huachicol, por decir lo menos. Su conexión con el mundo de la delincuencia de cuello blanco, no es azarosa. Ella teje y teje –aunque burdo- porque quiere ser gobernadora de Tamaulipas, cosa que se ve más que difícil. Hay otros y otras tiradoras con más méritos y sin nexos con el crimen.
En esa loca carrera por la gubernatura, Olga Sosa no ha tenido empacho en querer denostar el trabajo periodístico de quienes -como Sofía Pacheco- con prontitud y con una honrada trayectoria informativa de mas de 30 años de trabajo han señalado su desfachatez y la han expuesto de cuerpo completo.
Sofia Pacheco no necesita que la defiendan, su trabajo informativo y profesional realizado por mas de 30 años hablan por ella. Pero, si es necesario señalar que la defensa que quiere utilizar Olga Sosa, atribuyendo al trabajo informativo una supuesta afectación personal, se encuentra fuera de lugar.
Olga Sosa, por decoro, debería solicitar licencia para separarse del cargo y dejar de contribuir a los cuestionamientos que a diario se hacen contra el sistema de gobierno de la 4T, en donde -a causa de gente como ella- se evidencia el enquistamiento de la corrupción.
El intento de Olga Sosa de querer responsabilizar al trabajo periodístico de la exhibición de su conducta inmoral y hasta ilegal, no es otra cosa que una agresión más al gremio informativo nacional, en esta ola de violencia generada desde el discurso de la Cuatro T, en donde la culpa recae en el mensajero.
Olga Sosa, tras la exposición de su corrupción, debe renunciar al cargo. Dejar de lado la bravuconería y someterse al imperio de la ley. Si está limpia que se presente ante el Agente del Ministerio Público de la Federación y que explique de dónde proviene su riqueza, quién le financió su campaña, cuál fue su relación con Sergio Carmona, qué papel jugó en el entrado financiero de Rubén Rocha Moya y Alfonso Durazo Montaño.
Olga Sosa, por su alto grado de corrupción, no puede seguir siendo representante de los tamaulipecos en la cámara alta.