Nestlé se roba el agua de Santa Rita Tlahuapan

La empresa Nestlé comercializa el “agua natural de manantial”, literalmente robada de mantos acuíferos en una zona en veda. Lo que convierte su negocio en un acto ilegal, además de oscuro, dado que se desconoce el volumen real del líquido aprovechado

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Con la finalidad de continuar con el rentable negocio del agua embotellada, el consorcio trasnacional Nestlé, de la trasnacional Nestlé Waters, se apropió -en el volcán Iztaccíhuatl- de todos los manantiales propiedad de la nación.

En consecuencia, los campesinos de las comunidades y ejidos del municipio poblano de Santa Rita Tlahuapan ahora tienen restringido el aprovechamiento de agua para el consumo humano, asi como para su uso en la producción agrícola.

La empresa Nestlé comercializa el “agua natural de manantial”, literalmente robada de mantos acuíferos en una zona en veda. Lo que convierte su negocio en un acto ilegal, además de oscuro, dado que se desconoce el volumen real del líquido aprovechado.

Nestlé tampoco es transparente en cuanto a información sobre la perforación de pozos y el monto que pagan al gobierno federal por la apropiación de un bien vital de dominio público, además de no respetar el valor social, económico y ambiental del agua, como se establece en la Ley de Aguas Nacionales.

El robo del agua de Nestlé no es exclusivo en el sitio de Santa Rita Tlahuapan, en Puebla. El líquido del que se ha apropiado Nestlé se extrae de los acuíferos más importantes del país localizados en el Eje Neovolcánico Transversal.

Esta empresa trasnacional cuenta con por lo menos 40 puntos en el país, en donde hace extracción ilegal de agua para su embotellado y comercialización. Los mayores sitios de robo de agua de Nestlé se identifican en la región del Balsas, de los cuales por lo menos 16 se encuentran en el Alto Balsas.

En esos lugares, en donde Nestlé aparada por sus relaciones con funcionarios de primer nivel del gobierno federal extrae ilegalmente el agua, las fuentes superficiales son escasas y de reducido volumen o se encuentran totalmente aprovechadas por la industria.

Esa presencia invasora de la trasnacional hace que se tensen los crecientes conflictos y la disputa por el líquido, como en el caso de Santa Rita Tlahuapan, en donde la cultura local está asociada a los recursos hidrológicos estratégicos que posee la Sierra Nevada

No se debe pasar por alto que los recursos hídricos de los que se ha apropiado Nestlé nacen en la Iztaccíhuatl y el Popocatépetl, principalmente por el deshielo de los glaciares y la precipitación pluvial abundante, por arriba de los mil milímetros promedio anuales.

Además de Las corrientes superficiales son abundantes durante la época lluviosa y producen una gran filtración de agua que alimenta las corrientes subterráneas; así, los ecosistemas efectúan los procesos que permiten la recarga de acuíferos que abastecen buena parte de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, del Valle de Chalco, del Valle de Puebla-Tlaxcala y del Valle Cuautla- Cuernavaca (Parque Izta-Popo, 2008).

En este lugar de enorme relevancia hídrica están emplazados los territorios campesinos de los ejidos forestales de Santa Rita Tlahuapan que, mediante el manejo de sus bosques, en un sitio cabecera de cuenca, son considerados “(…) lugares clave como ‘fábricas’ de agua para el resto de los ecosistemas y para la sociedad (…), en los que la captación de agua no depende sólo de la simple precipitación sino del manejo (…) campesino de bosques y suelos, del que depende que en estas regiones se favorezca la evaporación, infiltración y el escurrimiento (Eckart Boege, 2008).

A pesar de ello, por la presencia invasora de la planta industrial trasnacional, las comunidades que deberían tener agua borbotones hoy enfrentan una insuficiente disponibilidad de agua por la decretada veda permanente, pero se privilegia el suministro del agua, para las embotelladoras de la región y para empresas como la automotriz Volkswagen.

Nestlé posee manantiales que pertenecieron a la empresa mexicana Agua Santa María y ha perforado pozos en la misma zona. En 2007, el consorcio obtuvo del gobierno federal una nueva concesión en la comunidad de Santa Cruz Otlatla del municipio de Tlahuapan, donde radica la planta de Nestlé, para incrementar la extracción de agua del acuífero.

Con la nueva concesión, de acuerdo con una interpretación micro hidrológica del especialista César Solís Gómez, basado en los datos oficiales del Registro Público de Derechos de Agua (Repda), se infiere que sólo con este último manantial de un volumen de 500 mil metros cúbicos al año, se pudieran regar alrededor de diez mil hectáreas o abastecer de agua potable a diez mil habitantes, una cuarta parte de la población total del municipio de Tlahuapan.

Más allá del derecho humano al agua, estos escenarios, tensiones y conflictos se producen por las políticas de acceso, de abasto y de control y por acciones de privatización del agua que condicionan a las sociedades rurales que ven reducidas sus posibilidades de servirse del agua para el desarrollo comunitario y consumo familiar, dada la lógica que concibe el agua como un bien económico para las empresas privadas y multinacionales y genera una desigual distribución de privilegio para las ciudades y descobijo al campo.

Vicente García Guzmán, ex tesorero del comisariado ejidal de Santa Cruz Moxolahuac dice: “Si producimos agua, las comunidades de abajo nos deben de pagar ¿Por qué a ellos sí les dan permisos para abrir pozos y a nosotros, que producimos el agua, no?

”El agua nace en la comunidad y ahora ¡ya no se tienen derechos! ¡Necesitamos agua (…) urge para nuestra población! Los beneficiados son los de abajo. Aquí trabajamos y allá ¿qué hacen? Aquí no quieren que perforemos un pozo. ¿Quién hizo la veda del agua?”

Así, en este territorio sociohistórico se deja ver por un lado, conflictos y fisuras comunitarias e intercomunitarias por obtener el agua de los manantiales locales, y por el otro, “(…) hasta la lucha por el control del agua, que se debate entre las tendencias privatizadoras del manejo desde la cuenca, manantiales, infraestructura y venta del líquido” (Boege, 2008).

Los considerables fenómenos hídricos en el planeta vislumbran un momento histórico de crisis del agua enlazado con las maneras como el ser humano se ha relacionado con el entorno natural, en particular con el proceso económico de degradación de la naturaleza.

Así, el mundo enfrenta problemas críticos de escasez por contaminación no sólo de agua sino de aire, por sobreexplotación, así como pérdida de suelos, efecto invernadero, alteraciones climáticas, entre otros.

Todos estos son indicios de los límites a los que ha conducido el modelo de apropiación depredadora de la naturaleza.

Es un sistema, el capitalista, que omite la determinación mutua entre el ser humano y la naturaleza, y se expande sin límites en busca de mayores utilidades y acumulación de capital por encima de los ciclos y ritmos de los recursos naturales como son los bosques o el agua.

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