México, un campo de exterminio; en seis años, 2 mil 980 fosas clandestinas

México es un país de fosas. Solo en lo que va de la Cuarta Transformación, se han logrado descubrir 2 mil 980 entierros clandestinos con restos humanos de personas que en algún momento fueron sometidas a la desaparición forzada por parte de grupos asociados a la delincuencia organizada.
Sumado a ello, lo más grave es que pesar de la magnitud del problema, el gobierno federal ya no quiere destinar ayuda para que los colectivos de buscadoras cumplan con su labor, sino que también cada vez se cierran más los espacios informativos que revelan esta realidad.
Lo anterior fue referido por la activista pro derechos humanos Viridiana Baena, dirigente del colectivo Voz con Dignidad y Justicia México, una luchadora social que en los últimos años ha contribuido a mantener la búsqueda de desaparecidos que ha dejado la ola de violencia iniciada desde la Guerra Contra el Narco de Felipe Calderón y continuada hasta el gobierno de Claudia Sheinbaum.
De acuerdo al censo oficial del gobierno mexicano que coincide con datos que comparte el Colectivo Voz con Dignidad y Justicia México, de tal magnitud es el problema de la desaparición forzada en México, que en promedio se estima que en nuestro país desaparecen entre 625 a 630 personas por mes, el equivalente a dos veces el aforo de una sala promedio de cine.
Los estados que encabezan el top ten de las entidades con mayor cantidad de fosas clandestinas -con restos humanos víctimas de desaparición forzada- son Veracruz, Colima y Sinaloa, en donde se concentra el 38 por ciento de todas las fosas descubiertas entre diciembre del 2018 a enero del 2025.
El Top Ten de las fosas
De acuerdo a los hallazgos de fosas clandestinas que van en los últimos seis años, otros estados con un notable índice de entierros clandestinos son Jalisco, Guanajuato, Guerrero, Sonora, Michoacán, Baja California y Tamaulipas, en donde se concentran el 28 por ciento de todas las fosas clandestinas encontradas.
El aumento de hallazgos de entierros clandestinos no está disociado de la incidencia delictiva que en cada entidad generan algunos de los 75 carteles de las drogas que operan en todo el territorio nacional: el Cartel Jalisco Nueva Generación es al que se le atribuyen mayor cantidad de fosas clandestinas encontradas en los últimos cinco años.
Fosas del Cartel Jalisco Nueva Generación se han encontrado en los estados de Veracruz, Baja California, Colima, Jalisco, Guanajuato, Guerrero, Sonora Michoacán y Tamaulipas. Solo en Sinaloa, de los 10 estados con mayor cantidad de fosas, es donde no se ha registrado, en últimos cinco años, ninguna fosa del Cartel Jalisco.
El segundo cartel al que más fosas clandestinas se le atribuyen, es el de Sinaloa. De esta agrupación delictiva se han encontrado entierros clandestinos en Colima, Sinaloa, Guerrero, Baja California y Sonora. Por su parte, a la Familia Michoacana se le atribuyen entierros clandestinos descubiertos en Guanajuato, Guerrero y Michoacán.
De las fosas más recientemente encontradas, al Cartel del Golfo se le atribuyen algunas que fueron ubicadas en Tamaulipas y Veracruz. Por su parte al Cartel de los Zetas se le atribuyen algunas fosas clandestinas encontradas en Guanajuato y Tamaulipas.
El asedio del crimen organizado
La búsqueda de nuestros desaparecidos es difícil, explica Viridiana Baena, dirigente del colectivo de búsqueda Voz con Dignidad y Justicia México. No es solo un cliché el hablar de dificultades en esta de por si difícil labor que realizan cientos de madres, esposas, hijas de desaparecidos. Se habla de dificultades reales.
Más allá del entorpecimiento a las tareas de búsqueda que imponen las propias instancias de gobierno, principalmente del orden estatal o municipal, también destaca la persecución y hostigamiento de los grupos delictivos, que no quieren que se lleve a cabo una búsqueda en las regiones bajo su control, por obvias razones.
Igual que otras buscadoras Viridiana Baena ha sido víctima de agresiones y amenazas por parte de grupos del crimen organizado, con la intención de que cese su actividad de búsqueda, pero igual que muchas otras mujeres empeñadas en esta labor, se ha negado a desistir. “No desiste uno no porque no tengamos miedo, sino porque nuestros desaparecidos necesitan de nuestra labor”, explica.
Por esa misma razón, dice Viry Baena, pese a tener amenazas no dejó inconclusas las búsquedas que realizó -con hallazgos positivos de restos áridos- en Nayarit, Morelos, Estado de México, Michoacán, Guerrero, Nuevo León y Baja California, en donde gracias a la participación de las buscadoras se logró la ubicación de 26 personas en total.
Son 26 personas que el propio gobierno federal, aun cuando estas personas estaban en calidad de desaparecidas, no estaban siendo buscadas por la autoridad. Fueron las manos de las buscadoras las que permitieron entregar los restos de desaparecidos a los familiares de esas víctimas, con lo que se logró un descanso tanto para la víctima directa como para los familiares víctimas colaterales.
Acapulco, un campo de exterminio
El caso más reciente, que evidencia el grave problema social persé que representa el tema de los desaparecidos, está sucediendo en Acapulco, en la comunidad de Carabalí, el que –a decir por la dimensión y contenido de las fosas- literalmente fue un campo de exterminio. En esa localidad hasta el cierre de este reportaje se habían encontrado cinco fosas con restos correspondientes a por lo menos a 21 personas desaparecidas.
El hallazgo de las cinco fosas se logró solo en el primer recorrido, realizado sobre el campo del Parque Nacional El Veladero, en las inmediaciones del Cerro del Cristo del Encinal, en donde se presume que fue un campo de exterminio del Cartel Jalisco Nueva Generación, según indican algunos de los indicios encontrados dentro de algunos de los entierros descubiertos.
Si alguien en este caso no ha estado a la altura de los trabajos de búsqueda, según lo dijo Viridiana Baena, ese alguien es la Fiscalía General de la República, cuyos elementos no han proporcionado la asistencia debida a los grupos de personas y colectivos que trabajan la exploración del subsuelo.
La búsqueda ha sido dificultosa. “Encontramos el primer día de búsqueda alrededor de siete fosas clandestinas” -explicó Viry Baena- “al día de hoy solamente se han abierto dos, una con tres cuerpos decapitados. En la fosa no se encontraban las cabezas por lo que se sospecha que puede estar relacionados con las otras seis cabezas humanas con cartulinas que fueron localizadas por varias partes del puerto de Acapulco”. En otra fosa se encontraron dos cuerpos.
Cabe resaltar que desde hace una semana se le informó a la Fiscalía General de la República, ya que esa dependencia genera los oficios para que las familias iniciaran la búsqueda en campo, sin embargo, se tuvo la respuesta en negativo por parte de la Fiscalía de Desaparición Forzada de la FGR, a cargo de Martha Lidia Perez Gumersindo.
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