Del Sinaloa al CJNG, ya no son solo cárteles de las drogas, son Terroristas

El anuncio hecho por el Departamento de Estado del gobierno de Estados Unidos no refiere para nada el grado de sometimiento al que han llegado dichos cárteles de las drogas sobre la sociedad mexicana, solo ha reconocido que los seis cárteles son un riesgo para la seguridad nacional del pueblo y gobierno de Estados Unidos

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El gobierno de Estados Unidos, a través del Departamento de Estado, decretó que a partir de este 20 de febrero de 2025, seis cárteles de las drogas que operan en México sean reconocidas como organizaciones terroristas.

El citado decreto, que se hizo bajo la instrucción del presidente Donal Trump, considera que los seis cárteles de las drogas que son reconocidos ahora como organizaciones terroristas, son designados así por el alto grado de peligro para la seguridad nacional de Estados Unidos.

El anuncio hecho por el Departamento de Estado del gobierno de Estados Unidos no refiere para nada el grado de sometimiento al que han llegado dichos cárteles de las drogas sobre la sociedad mexicana, solo ha reconocido que los seis cárteles son un riesgo para la seguridad nacional del pueblo y gobierno de Estados Unidos.

En el contexto de esta designación se debe destacar el hecho de que el presidente Donald Trump, durante su periodo de campaña, en diversas ocasiones reconoció que los cárteles de las drogas mantenían un grado de control extremo y terrorífico sobre la población de México, y todo ello era con la complicidad del propio gobierno mexicano.

Cabe señalar que en ese mismo contexto, el presidente Donald Trump, durante su tiempo de campaña y ya como presidente de Estados Unidos, ha insistido en referir que existe una sociedad antinatural entre el gobierno de México y los cárteles de las drogas.

“En su momento el presidente Andrés Manuel López Obrador y ahora la presidenta Claudia Sheinbaum han estado dentro del bolsillo de los cárteles de las drogas, por lo que son los cárteles quienes tienen el verdadero control del gobierno mexicano”, ha referido en diversas ocasiones el presidente Trump.

Los seis cárteles de las drogas que a partir de este 20 de febrero de 2025 son reconocidos por el gobierno norteamericano como una amenaza terrorista para la seguridad de Estados Unidos son El Cártel Jalisco Nueva General (CJNG), el Cártel Nueva Familia Michoacana (CNFM), el Cártel del Noreste (CN), El Cártel de Sinaloa (CS), el auto llamado Cárteles Unidos (CU) y el Cártel del Golfo (CDG).

Junto con estos seis cárteles mexicanos de las drogas, el Departamento de Estado de Estados Unidos también designó organizaciones terroristas a los cárteles el Tren de Aragua (TDA), de Venezuela, y el Mara Salvatrucha (MS-13), de El Salvador, ambos cárteles también con presencia en México y asociados con organizaciones criminales menores.

El derecho a la seguridad interna

Con la designación de organizaciones terroristas, ahora los citados cárteles, sus miembros operativos y financiadores, se convierten en blancos prioritarios para el gobierno de Estados Unidos, sobre los que se puede aplicar en cualquier momento la ley extra territorial antiterrorista que no precisa de autorización de algún gobierno ajeno al de Estados Unidos para ir en su aniquilación en cualquier parte del mundo en el que se encuentren.

Es decir, con la sola denominación como organizaciones terroristas, el gobierno de Estados Unidos se reserva el derecho de ejecutar cualquier acción -policial o bélica- tendiente a la aniquilación de la amenaza que representan para el pueblo y gobierno de Estados Unidos.

De acuerdo a lo referido en el discurso del secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, el gobierno norteamericano tomó la decisión, por su propio derecho y por el riesgo que representan los narcoterroristas a la seguridad nacional de Estados Unidos, de aniquilarlos, dado que  -en el caso de México- el Estado no quiso combatirlos.

Frente a esta clasificación dada por el gobierno de Estados Unidos a seis de los 75 cárteles de las drogas que operan en México, hasta el momento la presidenta Claudia Sheinbaum no ha manifestado ninguna postura.

Lo único que se sabe de Sheinbaum es la postura emitida a principios de esta semana, cuando la presidenta estableció que “si Estados Unidos declara a los cárteles como terroristas, entonces tendremos que ampliar la demanda (contra las armerías) en los tribunales de Estados Unidos”.

México, narcoestado desde Miguel de la Madrid

Sobre la decisión del gobierno de Estados Unidos, de designar a los Cárteles de las Drogas como organizaciones terroristas -para combatirlos ante el contubernio señalado con el Estado mexicano-, se ha iniciado un debate social, en el que se pretende referir tal decisión como un ataque del gobierno norteamericano al de la Cuarta Transformación, por la suma de políticas sociales aplicadas hasta ahora.

Sobre ello, vale decir que el Estado mexicano es socio de los cárteles de las drogas desde la década de los 80’s del siglo pasado, cuando en México gobernaba el presidente Miguel de la Madrid, y fueron el secretario de Gobernación, Manuel Bartlett Diaz, y el secretario de la Defensa Nacional, Juan Arévalo Gardoqui, quienes se aliaron con el Cártel de Guadalajara.

De acuerdo a la versión emitida por Rafael Caro Quintero, cuando él -junto con Miguel Ángel Félix Gallardo y Ernesto Fonseca Carrillo- dirigía el Cártel de Guadalajara, el primer cártel organizado de las drogas en México, fueron el secretario Bartlett y el General Arévalo, quienes les aplicaron cobros de plaza para permitir el trasiego de drogas por todo el territorio nacional.

La relación de contubernio, en donde el Estado ofreció protección a los narcotraficantes socios de Rafael Caro, Ernesto Fonseca y Miguel Ángel Félix, continuó en el gobierno del presidente Carlos Salinas de Gortari. En ese periodo el encargado de las relaciones de protección a los cárteles -ya para entonces sumado el Cartel del Golfo- fue Raúl Salinas de Gortari.

Durante el gobierno del presidente Ernesto Zedillo, el que asumió la relación de protección y cobros con el narco fue el secretario particular del presidente Zedillo, Liévano Sáenz, así como Fernando Velasco Márquez, y Fernando y Francisco Velasco Núñez, suegro y cuñados de Ernesto Zedillo, respectivamente, quienes se asociaron con los hermanos Amezcua, los Reyes de las Anfetaminas.

En el gobierno de Vicente Fox, fueron tres los encargados de dialogar con el narco y sus diversos grupos extendidos en todo el país, para ofrecer la protección del Estado. Los que hablaron y cobraron seguridad al narco a nombre del Estado mexicano fueron Alfonso Durazo Montaño, entonces Jefe de la Oficina presidencia; Genaro García Luna, que era el titular de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) de la FGR, y Alejandro Gertz Manero, entonces Secretario de Seguridad Publica.

Las relaciones del Estado mexicano con el narco fueron centralizadas en la persona de Genaro García Luna, cuando llegó el periodo del gobierno de Felipe Calderón. Desde la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) García Luna pactó acuerdos de protección con los cárteles de Sinaloa, Arellano Félix, Beltrán Leyva, del Golfo, Los Zetas, La Familia Michoacana, Los Caballeros Templarios y del Noreste.

Las relaciones de complicidad, de cobro del Estado por servicios de protección a los diversos grupos del narco, fueron heredadas por Genaro García Luna al General Salvador Cienfuegos Zepeda, en la SEDENA, y a Miguel Ángel Osorio Chong, en la Secretaría de Gobernación, cuando el presidente Enrique Peña Nieto sucedió a Felipe Calderón.

Cuando el presidente Peña Nieto entregó el gobierno a Andrés Manuel López Obrador, también entregó las relaciones de contubernio y sociedad con los grupos del crimen organizado y los cárteles de las drogas. El general Cienfuegos entregó las conexiones al que fue el primer secretario de Seguridad Pública de la Cuarta Transformación, Alfonso Durazo Montaño, un viejo conocido en esos terrenos.

Tras la entrega del poder de AMLO a la presidenta Claudia Sheinbaum, las relaciones de sociedad con las principales organizaciones criminales de tráfico de drogas recayeron en los gobernadores Alfonso Durazo Montaño y Rubén Rocha Moya, quienes se han asegurados de conectar a la mayoría de los gobernadores con los grupos del narcotráfico.

El Cártel de Sinaloa

El Cártel de Sinaloa es una de las organizaciones criminales más antiguas y poderosas de México. Sus orígenes se remontan a la década de 1960, cuando un grupo de narcotraficantes liderados por Pedro Avilés comenzaron a traficar drogas a gran escala desde Sinaloa hacia los Estados Unidos.

Durante las décadas de 1970 y 1980, el Cártel de Sinaloa se consolidó bajo el liderazgo de Miguel Ángel Félix Gallardo, alias “El Padrino”, Rafael Caro Quintero, alias “El R1”, y Ernesto Fonseca Carrillo, alias “El Jefe de Jefes”, quienes unificaron a varias organizaciones criminales en una sola y promovieron alianzas con grupos criminales en Colombia y otros países.

A lo largo de su historia, el Cártel de Sinaloa ha tenido varios líderes destacados, entre ellos:

Miguel Ángel Félix Gallardo, “El Padrino”: Fundador y primer líder del Cártel de Sinaloa, considerado uno de los narcotraficantes más poderosos de México en la década de 1980.

Joaquín “El Chapo” Guzmán: Uno de los narcotraficantes más notorios y escurridizos de México, líder del Cártel de Sinaloa desde la década de 1990 hasta su recaptura en 2016.

Ismael “El Mayo” Zambada: Otro líder importante del Cártel de Sinaloa, socio y colaborador cercano de “El Chapo” Guzmán.

El Cártel de Sinaloa ha sido responsable de numerosos actos de violencia y narcotráfico a lo largo de su historia, incluyendo asesinatos y secuestros: El Cártel de Sinaloa ha sido vinculado a numerosos asesinatos y secuestros de funcionarios gubernamentales, policías, periodistas y miembros de grupos rivales.

También ha sido uno de los principales responsables del tráfico de drogas hacia los Estados Unidos, incluyendo cocaína, heroína, metanfetaminas, marihuana y Fentanilo.

Fugas de prisión: “El Chapo” Guzmán protagonizó dos fugas espectaculares de prisiones de máxima seguridad en México, lo que evidencia la corrupción y el poder del Cártel de Sinaloa.

A pesar de la captura de “El Chapo” Guzmán y otros líderes importantes, el Cártel de Sinaloa sigue siendo una de las organizaciones criminales más poderosas de México. Actualmente, el Cártel de Sinaloa se encuentra en una lucha interna por el liderazgo y el control del territorio, lo que ha generado un aumento en la violencia en algunas regiones de México.

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